Londres, EFE.- Una pérdida de la razón, un sentimiento de miedo, 20 minutos de locura, 2
decisiones del VAR y 1 gol con el muslo de Fernando Llorente terminaron con el
Tottenham Hotspur camino de las semifinales de la Liga de Campeones por encima
del Manchester City, que ganó 4-3, pero cayó por el desempate de los goles
fuera de casa (4-4 en el global).
Un 4-3 en el Etihad Stadium que reflejó a dos equipos saliendo a tumba abierta,
con miedo a perder, pero sin miedo a fallar y con las figuras de Raheem
Sterling y Heung-min Son marcando diferencias, en un partido que acabó con el
equipo del argentino Mauricio Pochettino en la semifinal de la Champions, en la
que se medirá al Ajax de Amsterdam,
El control, la tranquilidad y el miedo dominó la ida. Atemorizó a jugadores,
entrenadores y público. Cuando este miércoles sonó el Hey Jude de los Beatles y ondearon los banderines al viento, algo
hizo click en la mente de los 22 protagonistas. Olvidaron el miedo, resetearon
ese sentimiento de su existencia y jugaron como niños. Con errores, pasión y
alejados de cualquier especulación que surge cuando las barbas tiñen las caras
y la adolescencia da paso a la adultez.
Durante veinte minutos, el Etihad Stadium asistió a los instantes de futbol más
puro en años. Dos equipos que no pensaban en el marcador, que no se fijaban en
lo hecho o en lo que quedaba por hacer. Jugaron, se equivocaron y se sucedió un
torrente de goles.
El obligado, el City, se adelantó a los cuatro minutos cuando Kieran Trippier
olvidó cubrir a Sterling en banda y este engarzó una pelota cruzada a la
portería de Lloris.
La eliminatoria estaba empatada, pero eso no fue razón para que Aymeric Laporte
encadenara dos errores y devolviera la ventaja al Tottenham. El francés no
repelió bien un pase de Alli y dejó que Son definiera desde la frontal como si
de un penal se tratara.
Son, convertido en la gran referencia sin Harry Kane, era la estrella de los spurs.
Lucas Moura aprovechó otra indecisión de Laporte, le robó la cartera, se la dio
a Eriksen y el danés se la entregó al surcoreano quien respondió al golazo de
Sterling con otro zapatazo.
No habían pasado 12 minutos y el City estaba fuera y estaba sorprendido.
Replicar era seguir inmerso en la locura y tener a Guardiola al borde del
infarto, pero otra vez los laterales del Tottenham igualaron la balanza.
Rose dejó solo a Bernardo Silva quien sacó un disparo que tocó en el lateral
inglés y se coló junto a un ya vencido Lloris, colocando el empate a dos en el
marcador.
Más vivos, los celestes sacaron rápido una falta sin aparente peligro. Bernardo
encaró a Rose, dejó de tacón para un De Bruyne que lo dobló por la banda y que
puso un balón raso e imposible de cortar al segundo palo.
Sterling solo tuvo que empujarla para anotar el 3-2. El City seguía fuera, pero
estaba más dentro que nunca. Conscientes de esto, el partido se enfrío.
Agüero aprovechó para darle la voltereta a los spurs. Gundogan rompió la débil línea del medio del Tottenham, De
Bruyne dribló en la frontal y filtró para que Agüero, desde la misma posición
desde la que le dio la liga al City en 2014, fusilara a Lloris.
Le quedaba media hora a los spurs y
sin volverse locos, encontraron la forma de dañar al cómodo City a balón
parado. Llorente, la locura en forma de cambio de Pochettino, remató con el
muslo en el primer palo un envío de Trippier y metió al Tottenham en semifinales.
Ni el paso por el VAR, donde se revisó la posibilidad de una posible mano del
español, empañó la gran gesta del equipo de Pochettino, quien durante instantes
lo vio todo perdido.
Sterling, en un gran error de Eriksen, metió el 5-3 a falta de un minuto en el
tiempo añadido. Todo el Etihad lo celebró, Guardiola estalló y solo una
repetición hizo replantearse todo. Un toque de Bernardo hacia Agüero metía al
argentino en fuera de juego antes del último pase a Sterling. Gol anulado y el
City, eliminado.
El Tottenham estará en semifinales y se jugará ir al Wanda Metropolitano el
próximo 1 de junio contra el Ajax de Ámsterdam. Algo improbable hace meses,
pero posible gracias a la bendita locura del futbol.