Lisboa, EFE.- El Liverpool sobrevivió
al empuje inicial y entusiasmo que propuso el Porto y salió vencedor en Do Dragao con los goles de su tridente
formado por Sadio Mane, Mohamed Salah y Roberto Firmino y al que se sumó el
central Virgil van Dijk, para pasar a la penúltima escala de la Liga de
Campeones y desafiar al Barcelona, último obstáculo antes de la final de
Madrid.
Esta terna ofensiva es una garantía para los reds, una solución para el cuadro de Jurgen Klopp que; sin embargo,
ejecutó la puesta inicial de su equipo sin Roberto Firmino en el once. Recurrió
al brasileño luego del descanso, para matar el partido y echar el cierre a la
eliminatoria.
La segunda semifinal de la Champions consecutiva para el Liverpool se proyectó
cerca de la media hora. De forma casi inesperada y con la intriga habitual que
acompaña cada determinación del videoarbitraje (VAR).
Fue una combinación entre Mohamed Salah y Sadio Mane que culminó el senegalés
en aparente fuera de juego. Así lo había indicado el árbitro, el holandés Danny
Makkelie a instancias de su asistente. En la sala de revisióno se revisó la
acción. La tecnología dio validez al gol.
Klopp está a 2 partidos de su tercera final en la Liga de Campeones. No ha
ganado ninguna. Ni con el Borussia Dortmund, batido por el Bayern Múnich en 2013,
ni con el propio Liverpool, el pasado curso, superado por el Real Madrid.