El cubano Carlos Acosta, el primer artista afroamericano en ser el bailarín principal del Royal Ballet de Londres, asegura en una entrevista que hoy hay más diversidad racial en las compañías de baile y que la situación “ahora está mucho mejor”, aunque considera que hay que seguir luchando.
“Hay directores más modernos, con otra forma de pensar que tienen en mente más la diversidad, de tratar de que sea más diverso el panorama dentro del escenario. Creo que está mejor que cuando mi generación, definitivamente”, dijo Acosta, que sufrió el racismo a lo de su carrera.
“El Royal Ballet ahora tiene más representación (de bailarines negros) que cuando yo llegué y el National Ballet está haciendo mucho también y está aquí Misty Copeland“, dijo al referirse a la primera afroamericana en ser primera bailarina del prestigioso American Ballet Theater, en sus 75 años de historia, con sede en Nueva York.
Al premiado bailarín, que en 2018 recibió el Queen Elizabeth II Coronation Award, que otorga la Real Academia de la Danza del Reino Unido a las figuras más influyentes de la danza actual, le tocó derribar muros.
No solo fue el primer bailarín negro del Royal Ballet sino también el primero que interpretó un Romeo con esa compañía londinense, con la que estuvo no menos de 16 años. “Eso está bien”, dice durante su visita a Nueva York para la presentación del documental Yuli sobre su vida, que protagoniza, y que está inspirado en el libro de Acosta No mires atrás.
Este documental cerró este martes el Festival de Cine de La Habana de Nueva York. Pero aclara: “Lo que me pasó a mí no es una cuestión para celebrar. No estoy orgulloso de ser el primer negro, lo que me hace es estar triste porque no debería haber sido yo (el primero)”.
“Sé que había muchos mestizos, negros, mulatos antes que yo, que me influyeron y que nunca llegaron (a ser bailarines principales). Me tocó a mí, pero hubo muchos talentos cuyas carreras fueron vedadas, obstaculizadas”, dice el conocido como ‘el dios negro del ballet cubano”, comenta.
Acosta, de 45 años, reflexiona que el ser humano es muy complicado y expresa su deseo de que el racismo camine en línea ascendente hacia la erradicación porque a veces esos problemas pueden ser cíclicos. “El racismo existe, existió y quizás, probablemente siga existiendo, por eso hay que seguir empujando para que haya igualdad de posibilidades que todos merecemos”, argumenta quien ha asegurado que el arte cambió su vida.
De acuerdo con el también coreógrafo, que también tuvo que luchar duro debido a su origen humilde para abrirse paso, el racismo es un tema del que hay que hablar y decir lo que sucede.
Sin embargo, advierte, el ballet no es una cuestión de raza “sino de posibilidades, que es otra cosa. Se trata de que si eres un bailarín negro, chino o latino y tienes el talento de convencer de que puedes ser Romeo“, dice, entonces: “no me juzgues” por las apariencias.
Acosta asumirá el próximo año la dirección del Royal Ballet de Birmingham (Inglaterra), convirtiéndose en el primer negro, latino y no británico en dirigirlo, y a partir de mayo comenzará a reunirse con el personal para conocerlo.
*EFE