Un gol de Suárez, por un pase de Messi, le dio la ventaja al Barsa en la Champions.
No fue el mejor Barcelona, no fue el mejor Manchester United y, en esa igualada, los azulgranas tienen más calidad; de ahí que una combinación entre Messi y Suárez, unida a un fallo del rival, fue suficiente para que el Barcelona asaltara Old Trafford (0-1) y cobre ventaja para la vuelta.
Un gol de Luke Shaw en propia puerta, anulado en principio y validado por el VAR, bastó para que el Barcelona consiguiera la primera victoria de su historia en Old Trafford y para que agrande su favoritismo en los cuartos de final de la Liga de Campeones.
El partido siguió el curso con un Barcelona posesivo con la pelota y un United agazapado y firmando desde el primer momento el pacto de no agresión.
La única laguna de los azulgranas estaba en la unión entre los centrales y un desconectado Busquets. El pivote no encontraba salida clara con la pelota y errores suyos dieron el único peligro que poseía el United.
El plan de Solskjaer hizo aguas y quedó en evidencia como ya le ocurrió contra el Paris Saint Germain, pero esta vez no había una cadena de errores del rival que lo subsanasen.
Atrapado en su propia estrategia, el United reculó y se dio cuenta de que los intrascendentes McTominay y Fred eran incapaces de frenar el ataque visitante.
Cuando Busquets recibió en tres cuartos de cancha, levantó la pelota buscando a un insólitamente desmarcado Messi. El argentino controló largo y se quedó con la única opción de un centro atrás. Suárez la picó buscando la entrada de Coutinho, pero Shaw desvió el balón a su propia portería. Algo casi inapreciable a primera vista, por lo que el árbitro asistente levantó la bandera y anuló el tanto.