Conozca más detalles de la procesión más emblemática del quinto domingo de Cuaresma.
Este domingo, como cada quinto de la Cuaresma, cucuruchos y cargadoras de todos los rincones del país se trasladarán hasta la aldea de San Bartolomé Becerra, en Antigua Guatemala. De las empedradas calles emergerán las notas de la marcha compuesta por Manuel Antonio Ramírez Crocker, y el pueblo católico se convertirá en uno solo, para contemplar a la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de la Caída. En esta ocasión, Tradición, fe y devoción se adentra en uno de los cortejos procesionales más famosos de la temporada.
Meditación
De acuerdo con la investigación documental realizada por el arquitecto y especialista en arte sacro, Mario Ubico, la imagen de Jesús Nazareno de la Caída data de comienzos del siglo XVIII. El nombre de su autor es desconocido, pero, comenta el antropólogo Deyvid Molina, del Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos, en el siglo XIX la escultura ya era mencionada en los inventarios de bienes que poseía el templo de San Bartolomé Becerra.
La característica principal de este Nazareno, que, por cierto, fue consagrado un día como hoy de 1987, es que representa a Jesús en una de las tres caídas que, según los evangelios, sufrió durante su trayecto a El Calvario. Además, señala Molina, presenta golpes en la espalda, que hacen recordar la flagelación de Cristo, narrada en la Biblia. “Se puede inferir que en sus inicios no se le colocaban vestiduras a la escultura, para que los fieles la contemplaran en todo su esplendor y meditaran en el sufrimiento que padeció Jesucristo antes de morir en la cruz”, agrega.
Popularidad
Diversas publicaciones apuntan a que la procesión del Soberano de la Caída, como popularmente se le conoce, salió por primera vez el 23 de marzo de 1902. Tradiciones orales refieren que al principio el anda era pequeña, de cuatro brazos y con pocos cargadores, que vestían de particular. El antropólogo indica que, con el tiempo, el cortejo creció y se le añadieron las imágenes de la Virgen María, San Juan y Santa María Magdalena.
Molina afirma que para finales de la década de 1950 esta procesión ya estaba posicionada como una de las más emblemáticas e importantes del país. Esto se refleja cada año en la masiva participación de cucuruchos llegados de todas partes de Guatemala, e inclusive de otras naciones, como El Salvador. “En ese día, todos sin importar si pertenecen a hermandades, cofradías o asociaciones capitalinas o departamentales, se vuelven uno solo”, manifiesta. A partir de 2014, además, el cortejo se hace acompañar de una centuria romana.
Entre el morado de los cucuruchos y el luto riguroso de las cargadoras, a este cortejo procesional se suman miles de visitantes que contemplan este arte efímero. “Un punto interesante, y que no es muy comentado, es el impacto económico que representa para la Antigua Guatemala el quinto domingo de Cuaresma. Los servicios de hotelería, así como los restaurantes tienen su mayor demanda. Esto indudablemente genera una importante fuente de ingresos para el país, especialmente para la Ciudad Colonial”, concluye Molina.
