La cantautora guatemalteca habla de su vida en Suiza y de sus próximos proyectos.
La música de la guatemalteca Dominique Hunziker ha viajado con ella hasta Suiza, donde en la actualidad se forma académicamente. Desde allá, la cantautora se tomó unos minutos para responder la entrevista de ¿Qué están haciendo?, y revelar detalles de conciertos que ha ofrecido en Europa, sus nuevos proyectos y su regreso a Guatemala.
¿Qué estabas haciendo antes de conceder esta entrevista?
Preparando unas canciones para la presentación que tengo el jueves en el taller de soul, que es parte del programa de la Escuela Superior de Música de Lausana (HEMU), en el que estudio.
Acabas de dar tu primer concierto en la HEMU. ¿Cómo describes la experiencia?
La temática era pop contemporáneo y nos dieron total libertad para escoger el repertorio. Empezamos a elegir las canciones, y entre esas primeras propuestas estaba la colombiana Kali Uchis. Entonces les enseñé un tema de Natalia Lafourcade, y les encantó. Me pidieron que sugiriera más música en español y, aunque me costó hallar algo que se adaptara a lo que teníamos, encontré a Filoxera, uno de mis grupos chapines favoritos, y su pieza Después.
¿Cómo fue interpretar canciones de otros artistas, y no los propios?
Fue un ejercicio interesante. No acompañarme de la guitarra me permitió soltarme más en el escenario, usar mi cuerpo y bailar. Interpretar canciones de otros artistas me obligó a colocar mi voz de maneras diferentes a las que estoy acostumbrada, a conocer mi tesitura y a desafiar mis límites.
Últimamente has experimentado con grabar tú misma tu trabajo. ¿Cuáles han sido tus mayores retos?
Si hablamos solo del proceso práctico de grabación, y dejamos de lado lo creativo, diría que lo más difícil es quitarse el miedo. Claro, está la dificultad de hacer funcionar las máquinas y los programas, pero se puede pedir ayuda a gente que sí sabe y así, aprender. Lo que más destaco es la sensación de empoderamiento que me da. Sentí que, aunque me falta mucho, esta autonomía me abrió un nuevas posibilidades.
Además, trabajas en un espectáculo en el que tu música es llevada a la danza. ¿Qué nos puedes adelantar del show?
Hace un año y medio una amiga me invitó a clases de tehima, una danza moderna ligada al simbolismo de las letras hebraicas. Al cabo de unas semanas, las bailarinas escucharon mi música y les encantó. Coincidió con que ellas preparaban un espectáculo y querían música en vivo, así que me propusieron acompañarlas con guitarra y voz. Lo presentamos en dos ocasiones, y fue un éxito. (…) Al poco tiempo se nos ocurrió crear un nuevo show, pero esta vez ellas seguirían mis canciones. Es impresionante ver los ecos que se forman entre el movimiento de las cinco intérpretes y mis letras.
Vienes al país a mediados de año. ¿Qué te hace volver a casa?
Estoy muy feliz de regresar unas semanas a Guatemala. La idea es pasar tiempo con mi familia, aunque también quiero hacer una pequeña gira. Tengo ganas de hacer tres conciertos en el interior del país y uno grande en la capital. Todavía no tengo fechas confirmadas, pero los mantendré informados en mis redes sociales.
Por último, ¿cuáles son tus proyectos para este año?
Mi prioridad es terminar bien el primer año de la licenciatura y sacarle todo el jugo que pueda. Tengo tres fechas confirmadas en Suiza en septiembre, pero no estoy segura de tener tiempo para más conciertos, porque hay dos proyectos que van a requerir mucha energía. Por un lado, creo nuevo material para mi segundo disco; y a finales de año tenemos una gira de 40 shows por Europa con la HEMU.