Desde hoy, el Gran Canal de Venecia posee un simbólico e invisible nuevo puente que el arte contemporáneo tiende como un hilo invisible entre el Palazzo Grassi y la Punta della Dogana.
Vínculo artístico
La Pelle, del artista belga Luc Tuymans, y la muestra colectiva Luego e segni enlazan ambos lados del canal veneciano con obras que hoy comienzan a exhibirse como un juego de elementos intangibles, como la memoria, la poesía y la luz.
Las exposiciones están organizadas por los museos venecianos que exhiben obras de la colección del multimillonario francés François Pinault y se han convertido en los últimos años en la práctica en la apertura de la temporada de grandes eventos artísticos de la ciudad de los canales.
El Palazzo Grassi muestra en esta ocasión una obra reciente de Tuymans (Mortsel, Bélgica, 1958), artista figurativo que elige el título de la novela de Curzio Malaparte (La piel) para simbolizar el vínculo entre sus obras, la mayoría de ellos óleos sobre tela.
Su pintura aparece muy fina y ligera, como si solo fuera una piel delgada de materia grasa y pigmentos la que cubre la tela que interpreta las sensaciones obtenidas por el medio fotográfico.
Luz como protagonista
En la segunda muestra de nuevo la luz es protagonista, así como el hilo conductor de la poeta líbano-estadounidense Etel Adnan (Beirut, 1925) cuyos poemas admiran y emplean como inspiración distintos artistas de esta colectiva.
Se presentan en Punta della Dogana no menos de cien obras de 36 artistas que tienen entre sí conexiones personales y en los que los comisarios descubren inspiraciones comunes.
Así, la luz del cielo veneciano que inunda el Palazzo Grassi con la obra de Tuymans rebota en los cilindros de vidrio pulido del neoyorquino Roni Horn y en las delgadas láminas de piedra que la artista sueca Nina Canell cubre de una fina película de agua. EFE