De su tempranero amor por el teatro a su participación en Temblores, de Jayro Bustamante, la actriz repasa su trayectoria.
En el entorno artístico que ofrece su hogar, Magnolia Morales (Guatemala, 1945) recuerda que con 16 años descubrió su amor por las tablas. Su memoria recorre las páginas de una labor artística que la llevó no solo a los escenarios, sino a explorar la producción teatral, la creación de vestuarios y, recientemente, el cine, al lado del director Jayro Bustamante. En ocasión del Mes del teatro, Los de siempre da la bienvenida a la intérprete, que supera el medio siglo de trayectoria.
El amor en las tablas
Fue en su juventud que Magnolia Morales comenzó a formarse en el teatro, en el que pronto brilló y del que se enamoró, al punto de participar en al menos un centenar de obras. Entre telones conoció también al destacado actor Rafael Pineda, el amor de su vida. Tanto sobre las tablas como en el matrimonio, ambos formaron un gran equipo.
“Rafa daba una cátedra a todo aquel con él que compartía escenario. Él me enseñó a darle la intensión a la voz para leer libretos y marcarlos”, explica la actriz. Otra de las figuras que definió su carrera, señala, fue Manuel Lisandro Chávez, quien la ayudó a trabajar en dicción y respiración.
Detrás del telón
Tiempo después, Morales dejó los reflectores para dedicarse a la producción. Junto a Pineda fundó Producciones Ciclorama, un grupo dedicado al teatro escolar, que intentó alejarse de las piezas basadas en libros de lectura. Su primera adaptación fue Los tres mosqueteros, en la que participó su hijo menor, Luis Carlos, luego director y dramaturgo: “Siempre luchamos contra viento y marea, buscando no lo que más vendiera, sino lo que educara a los niños”.
Vestuarista
Pero Magnolia es una auténtica aventurera de la escena. A los 35 años tomó hilos y agujas, y se sumergió en la creación de vestuario. “He de confesar que nunca me ha gustado coser; sin embargo, fue un medio de trabajo de años y años, con muchas muestras excepcionales”, afirma.
Sus grandes compañeros e instructores fueron Héctor Leal y Javier Pacheco, de quienes aprendió el modo de usar las tijeras y realizar las costuras. Aunque, recuerda, también se formó con una española especializada en vestuario de época. En este aspecto, el trabajo más memorable que confeccionó fue el de El Fantasma de la Ópera.
Un pendiente
Desde joven, Magnolia guardaba la ilusión de algún día hacer cine. Recientemente, el reconocido director guatemalteco Jayro Bustamante la escogió para participar en su película Temblores. “Es la faceta de mi vida artística que, hasta el momento, más he disfrutado. Era una pequeña parte que me faltaba para realizarme”, finaliza la intérprete.