Martha María Pacay, directora de Seguimiento y Evaluación para el Desarrollo de Segeplan.
Guatemala presentará este año el informe Revisión Nacional 2019, el cual se basa en los primeros años de implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y su integración con las prioridades nacionales de la Política Nacional de Desarrollo K’atun: nuestra Guatemala 2032. En abril, el documento será conocido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, y en julio, en el Foro de Alto Nivel de la Organización de las Naciones Unidas. Martha María Pacay, directora de Seguimiento y Evaluación para el Desarrollo, de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan), detalla el proceso.
¿Cuándo se inició con el informe?
Comenzó en septiembre del año pasado, en respuesta a un compromiso que el país asumió en la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. De ahí se plantea la elaboración de un informe cada 2 años, sobre el avance en la implementación de la referida agenda. Guatemala ya presentó un primer documento en 2017, el Examen Nacional Voluntario, de 5 ODS.
¿Qué contendrá el documento?
En 2018 se toma la decisión de no solo hacer un análisis de los ODS, sino también sobre la implementación del Plan Nacional de Desarrollo. Entonces se unen los dos procesos en un estudio documental de lo que se ha hecho en el país respecto de ambas agendas.
¿Cuál ha sido el camino?
Comenzó con la propuesta conceptual y metodológica de construcción del informe y las consultas. Finalizará a mediados de año con su presentación en foros internacionales y nacionales, y posterior socialización. Se pretende tener un documento preliminar para este mes.
¿Quiénes se han involucrado?
Ha sido un proceso participativo. Se hicieron consultas a diversos sectores. En noviembre, aproximadamente, en los 22 departamentos las Unidades Técnicas de Planificación recogieron de las poblaciones y sus representantes la percepción sobre la situación del país.
Las consultas también se realizaron a instituciones públicas, municipalidades y sector privado. Con este último se firmó un convenio con CentraRSE (Centro para la Acción de la Responsabilidad Social Empresarial de Guatemala).
Hubo acercamiento también con poblaciones específicas: personas con discapacidad, mujeres y pueblos indígenas, así como con la cooperación internacional.
¿Cómo se llevaron a cabo las consultas?
Mediante encuestas, una institucional y otra al sector privado; ambas fueron en línea. El resto fue presencial, en talleres. De las consultas se hizo una recolección y análisis que se plasmará en la estructura del informe ya de forma coherente.
¿Cuáles fueron los resultados?
Debido a la variedad de consultas, estamos en la etapa de consolidación, un proceso a cargo de las distintas direcciones de la Segeplan.
Aunque en los talleres se pudo tener idea de cómo la gente percibe el avance, para algunos sectores es positivo, pero para otros, no, por los desafíos en pobreza, salud y educación, los cuales siguen siendo los problemas más sentidos por la población.
¿Qué viene después?
Tener el informe es solo la primera etapa, porque luego viene la socialización de los resultados, que está previsto para finales de año. Lo que interesa en este tipo de procesos es tomar decisiones. Si estamos yendo bien, mal o regular por una línea, se adecuan los procesos para el bienestar de todos.
¿Tendrá el informe estadísticas, o es cualitativo?
Sí. El capítulo cuatro tendrá los medidores de elementos del desarrollo. Con el primer informe de 2017 se inició la revisión estadística, y con el actual se abarca toda la Agenda 2030 y las metas del Plan Nacional de Desarrollo.
Lo que se hace es un análisis de con qué información contamos, pero también tenemos datos para decir cómo van los indicadores de país. Esto se hace en coordinación con el Instituto Nacional de Estadística (INE), que apoya mediante la Encuesta de Calidad de Servicios Públicos Básicos.
¿Qué se espera del informe?
Entre otros intereses, se persigue que los resultados contribuyan con los procesos nacionales de desarrollo. Estamos en un año electoral, y en la transición de gobierno esperamos que el documento sea un insumo importante para la siguiente administración. No es un documento que evalúa el impacto del Plan Nacional de Desarrollo ni de la Agenda 2030, sino la revisión de las condiciones que el país, no solo el Gobierno, ha generado, y cómo la población se ha apropiado de los planes.