Real Madrid y Barcelona volverán a encontrarse en el Santiago Bernabéu mañana, en la vuelta de la semifinal copera, luego de que en la ida imperó la pegada del cuadro azulgrana, que ahora intenta repetir la victoria para dar un jaque casi definitivo a la Liga e impedir que el cuadro de Santiago Solari y el propio Atlético de Madrid sueñen con la remontada.
La notable ventaja de la que dispone el conjunto de Ernesto Valverde -7 puntos sobre el Atlético y 9 sobre el Real- concede margen de maniobra a los azulgranas y ninguno a los madridistas, obligados a resarcirse ante su afición de la eliminación copera, para guardar alguna esperanza de lucha en el torneo de la regularidad.
Obviamente, el Barcelona tratará de rematar a su eterno rival en un campo como el Bernabéu que se ha convertido en esta última década en más que propicio, un feudo de donde habitualmente suele salir con los puntos.
Ni siquiera como en el choque copero siendo superior el Real Madrid pudo salir airoso. Su falta de gol resultó letal para el equipo de Solari. El Barcelona, muy práctico, no necesitó una buena versión de Messi. Le bastó con orden y efectividad en ataque en el segundo período. Dos incursiones del francés Ousmane Dembele resolvieron el partido.
El Atlético de Madrid sabrá el resultado del clásico cuando se enfrente el domingo a una Real Sociedad que sigue al alza desde la llegada al banquillo de Imanol Alguacil y que se ha situado a tan solo 2 puntos de los puestos europeos. Madrid, EFE