Líderes hablarán sobre la desnuclearización.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aterrizó ayer en Hanói, Vietnam, para reunirse hoy y mañana con el líder norcoreano, Kim Jong-un, sin hacer grandes pronunciamientos ni elevar las expectativas respecto de los posibles resultados de la cumbre en materia de desnuclearización.
Diez horas después de que Kim, y por un medio de transporte distinto, el avión en lugar del tren, Trump llegó a Hanói para la segunda ronda de su única gran apuesta diplomática, el proceso de distensión con Corea del Norte.
“Acabo de llegar a Vietnam. Muchas gracias a toda la gente por su gran recibimiento en Hanói. ¡Multitudes tremendas, y mucho amor!”, tuiteó Trump desde su hotel en la capital vietnamita.
El Presidente estadounidense evitó, sin embargo, referirse a su segunda cumbre con Kim, quizá para no elevar unas expectativas que ha tratado de rebajar en los últimos días con el mensaje de que no importa si no hay acuerdos pronto sobre la desnuclearización en Corea del Norte, mientras ambas partes sigan negociando.
“No tengo prisa. No quiero meterle prisa a nadie. Lo que no quiero es que haya pruebas (nucleares y de misiles por la parte norcoreana). Mientras no haya pruebas, estoy bien”, dijo Trump durante un acto el pasado domingo en la Casa Blanca.
El mandatario buscaba así rebajar las esperanzas de que en Hanói se alcance un acuerdo sustancial sobre la hoja de ruta para la desnuclearización de Corea del Norte, después de ocho meses de aparente parálisis en ese proceso, tras la primera cumbre de Trump y Kim, celebrada en junio pasado en Singapur.
En Hanói se rumorea que la jornada principal de la cumbre, la de mañana, se celebrará en el hotel Sofitel Metropole, un lujoso establecimiento de estilo colonial francés situado en el casco antiguo de la capital vietnamita, cerca del Meliá, donde se hospeda Kim.