A tres años de haber lanzado las camisetas feministas que convirtieron a toda la industria de la moda rápida en una fábrica de mensajes de empoderamiento, Dior vuelve hoy a la carga París. En esta ocasión, con una colección comercial que recupera los grandes éxitos de su diseñadora, Maria Grazia Chiuri.
Títulos para las camisas
Sisterhood is Powerful, Sisterhood is Global y Sisterhood is Forever, títulos de las obras de la poetista feminista estadounidense Robin Morgan, se convirtieron en la nueva serigrafía de las camisetas básicas.
Como en 2016, con el Todos deberíamos ser feministas, título del manifiesto de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie que empapeló tiendas y productos en Dior, la histórica firma cae rendida a los guiños que han convertido a las influencers en su principal legión.
Fijación en las subculturas
Sobre la pasarela, Chiuri, al frente del diseño de la marca desde 2016, se fijó en las Teddy Girls, homólogas femeninas de los Teddy Boys, una de las primeras subculturas británicas. Esto le permitió repasar las siluetas de 1950, década en la que fue clave la silueta del New Look, creada por Christian Dior en 1947.
A la diseñadora también le fue posible recuperar las amplias cazadoras masculinas, las faldas con vuelo y las chaquetas de cuero en estampados típicamente ingleses, como el punk cuadro bicolor.
Aunque, Chiuri no se deshizo de las prendas que ha convertido en ícono; vestidos princesa, faldas plisadas en tul, zapatos sin talón con cintas decoradas con el nuevo logo de la casa y, por supuesto, las camisetas feministas.
*EFE