Esta muestra itinerante conecta las antiguas tradiciones con la modernidad.
Las muñecas japonesas encierran un significado y un propósito que conecta las antiguas tradiciones con la cotidianidad. Rodeadas de su rica cultura, una colección de estas figuras puede visitarse hasta el 24 de este mes en la Sala de Exposiciones del Museo Nacional de Arte Moderno Carlos Mérida (Munam), ubicado en salón 6 de la Finca La Aurora, zona 13. Acuda de martes a viernes de 9:00 a 16:00,y sábados y domingos de 9:00 a 12:00 y de 13:30 a 16:00. La admisión es de Q5.
Elaboración ancestral
Conocido como el reino de las muñecas, Japón es la cuna de estas figuras creadas con el fin de fomentar y transmitir la cultura de ese país. Toshifumi Ito, encargado cultural de la Embajada de Japón en Guatemala, explica que “esta muestra itinerante da un claro ejemplo de la diversidad de piezas que existen y que actualmente, más que juguetes para niños, son consideradas obras de arte”.
A pesar de los avances de la tecnología, expone Ito, los artesanos nipones consiguen incorporar sus muñecas al mundo del arte decorativo, mediante métodos ancestrales. Además, durante la creación, los autores suelen plasmar en sus piezas tradiciones como el Hina Matsuri (Festival de las niñas), así como las manifestaciones escénicas de Noh y Kabuki.
Detalles peculiares
Muñecas japonesas visitan el Munam, el título de la colección, permite contemplar en las obras una expresión facial serena y delicada. Según Ito, estas características se consiguen gracias a un tallado minucioso de la capa superficial, obtenida de ostras pulverizadas, que cubre el rostro de las representaciones.
Su riqueza también se encuentra en el colorido de sus trajes, hechos con textiles japoneses, tradicionalmente utilizados para la confección de kimonos. “Estos detalles evocan las diferentes regiones de Japón. Este aspecto se acopla al trabajo de la embajada, pues tratamos de presentar nuestra cultura en Guatemala”, explica Ito.
Recorrido histórico
Rudy Cotton, director del Munam, comenta que el catálogo es una propuesta oportuna para el espectador, al develar un proceso evolutivo y creativo. “Su función como recorrido histórico, en el que se incorporan desde elementos antiguos hasta los más recientes, reafirma que Japón es un país que mantiene su folclor”, argumenta.