Todos los sábados de febrero, el Teatro Dick Smith recibe esta tradicional fábula.
Inspirado en la fábula atribuida a Esopo, y en una versión de René Molina, el grupo Rompecabezas lleva a las tablas la competencia entre La liebre y la tortuga. De la mano de peculiares personajes y con los toques distintivos del colectivo teatral, el montaje se instala en el Teatro Dick Smith del Instituto Guatemalteco Americano ruta 1, 4-05, zona 4, todos los sábados de febrero, a las 16:00. La admisión es de Q65.
Modificaciones
La liebre y la tortuga llega a escena con “un par de sorpresas”, que hacen más divertida la historia, asegura Roberto Liao, director del espec-
táculo. Sin embargo, y a pesar de las modificaciones, dice, la esencia de los personajes principales, doña Maximiliana y don Torcuato, se conserva.
En la adaptación sobresalen elementos característicos de Rompecabezas, como combinar las interpretaciones con los títeres. El colectivo, además, ambienta la trama en un bosque ilustrado en blanco y negro, una herramienta que, según Liao, resalta los rasgos de los protagonistas, ataviados con coloridos vestuarios.
Reflexión
Con ayuda de todos esos ingredientes narrativos, La liebre y la tortuga cumple su misión de mostrar que la velocidad no siempre conduce al éxito, afirma Ana Jacobo, integrante del elenco. “Son el esfuerzo y la dedicación las cualidades que permiten alcanzar cualquier propósito que tengamos”, concuerda el director.
Más allá de trasladar un mensaje positivo al público infantil, llevar esta pieza al escenario permite a la compañía explorar visualmente una historia que es conocida de forma oral o escrita, menciona Liao. En su propuesta, el reparto también vela por crear una experiencia interactiva con los padres de familia, mediante técnicas como juegos y canciones.
