El creador de obras como El benemérito pueblo de Villabuena falleció ayer.
Las tablas nacionales, esas mismas sobre las que se han presentado obras como El benemérito pueblo de Villabuena, Dos y dos son cinco y Smog, guardan silencio esta vez para despedir a Víctor Hugo Cruz. El dramaturgo, escritor, actor, director y declamador falleció ayer, luego de toda una vida dedicada al teatro y, sobre todo, a la creación de un legado que las nuevas generaciones podrán llevar a escena.
Valor del arte
Nacido en 1938, con 20 años Víctor Hugo Cruz comenzó su andar como actor en el Teatro de Arte Universitario.
Su amiga, la actriz María Teresa Martínez, asegura que su fallecimiento es una gran pérdida para el país. “Fue un gran ser humano y un gran valor del arte guatemalteco como escritor, pero sobre todo como dramaturgo”,
indica la intérprete.
La herencia teatral de Cruz incluye El benemérito pueblo de Villabuena, probablemente su pieza más conocida, tanto por su contenido como por haber sido presentada en múltiples escenarios. Pero también Dos y dos son cinco, De frente March, y Smog, con las que consiguió premios en los Juegos Florales Centroamericanos de Quetzaltenango en las ediciones de 1971, 1973 y 1974, respectivamente.
Labor de proyección
Martínez afirma que Cruz luchó por la proyección del teatro en Guatemala y por reivindicar el arte en todas sus manifestaciones. Destaca, entre otras, la labor que realizó junto al músico Jorge Sarmientos, el artista plástico Marco Augusto Quiroa y el bailarín Antonio Crespo, en la creación de la Escuela Superior de Arte (ESA) de la Universidad de San Carlos.
El director de teatro Jorge Hernández Vielman describe a Cruz como uno de los más grandes intelectuales de la escena nacional y resalta especialmente su admiración por Federico García Lorca. También era un gran declamador de la obra de Miguel Ángel Asturias, dice su amiga, la actriz Mercedes Arrivillaga.
El músico Igor Sarmientos recordó, mediante su cuenta de Facebook, la ocasión en la que ambos trabajaron en el montaje de La Historia de un Soldado, en la que Cruz interpretó los personajes del narrador, el soldado y el Diablo, para los que creó su propio maquillaje. “Tuvimos profundas conversaciones y momentos maravillosos que quedaron y están conmigo siempre”, escribió.
Una de las últimas apariciones públicas de Cruz fue el año pasado, en el Paraninfo Universitario, para la presentación del libro Manuel Galich, teatro inédito y credo político literario, del que fue compilador. En ese lugar, sede de la ESA a la que tanto esfuerzo dedicó, se le despedirá hoy con un homenaje.
Condolencias
Mediante una nota de prensa, el Ministerio de Cultura y Deportes lamentó el fallecimiento del dramaturgo, resaltó sus obras y presentó sus condolencias a sus familiares y amigos.