Japón se convirtió ayer en el primer finalista de la Copa de Asia 2019 al desarbolar a Irán (3-0) en la segunda mitad del partido disputado en el Hazza Bin Zayed Stadium de Al Ain. El conjunto que dirige Hajime Moriyasu se enfrentará en la final del viernes al vencedor de la otra semifinal, que dirimirán hoy Catar y la anfitriona, Emiratos Árabes Unidos. Fue un triunfo no exento de polémica para el cuadro japonés, que buscará su quinto título continental y distanciarse del propio equipo iraní y de Arabia Saudita, que tienen 3. EFE