Esta semana se inaugura una exposición no apta para cuerdos.
Desde hace 11 años, Jorge Corleto ha dedicado parte de su obra a “criar” cuervos de distintos tamaños y colores. Aunque para algunos estas aves están asociadas con la oscuridad y los malos augurios, para el artista plástico estas criaturas significan catarsis. Esta vez, el guatemalteco los libera en Solo Cuervos, una exposición que abre sus puertas el jueves a las 19:00 en Casa Roja, 3a. avenida 6-51, zona 1. La admisión es gratuita.
El comienzo
Con unos meses de diferencia, en un mismo año, 2008, Jorge Corleto se enfrentó a la muerte de sus padres, Manuel Corleto y Eva Ninfa Mejía, dos destacadas figuras del teatro nacional. Una de sus formas de lidiar con el dolor, y a la vez mostrar sus emociones, fue crear cuervos, aves por las que siempre sintió fascinación y a las que considera sumamente inteligentes.
Hasta febrero. La muestra puede visitarse hasta el sábado 23 de febrero. Para consultar horarios, ingrese en Facebook/ Casa Roja Guatemala.
Evolución
Confiesa el artista visual que en aquellos tiempos pensó que estas criaturas serían temporales en su obra. Sin embargo, pronto volaron con sus propias alas y adquirieron nuevos significados. “Al comienzo solo era una imagen para decir algo y ahora ya tienen su propia personalidad. Hay cuervos que son más buenos en aspecto, y otros que uso para abordar la actualidad en temas políticos, económicos y sociales”, agrega.
La primera vez que Corleto mostró sus criaturas fue como parte de la colección Espantapájaros, perros y cuervos, en 2008, con la que hizo una retrospección hacia su niñez. De esa época a la actual datan las 40 piezas que componen un catálogo que en cuanto a técnicas no tiene limitación. El acrílico, el óleo, o la combinación entre tinta china, acuarela y lapicero dan forma a estas aves.
Advertencia
Corleto recuerda que si bien algunas culturas consideran a los cuervos como de mal agüero, otras las contemplan como símbolo de buena suerte. Por eso, en el cartel de la muestra lanza una advertencia: “No apta para cuerdos”. “Si nos paramos frente a un cuadro como estos, tenemos que romper el estereotipo de la cordura. Si esperamos encontrar algo lógico, no lo haremos”, concluye.