El 3 de junio de 2018, el volcán de Fuego entró en erupción, causando uno de los peores desastres de la historia reciente del país. El Gobierno activó la emergencia para la evacuación, albergue y asistencia de los miles de damnificados, quienes recibieron apoyo humanitario necesario, el cual, a la fecha, aún se mantiene en diferentes aspectos.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), bajo la supervisión directa del presidente Jimmy Morales, encabezó las tareas de búsqueda y rescate de víctimas, así como la asistencia en temas de albergues, salud, educación y otros servicios básicos para los afectados.
Se habilitaron alojamientos temporales en los departamentos perjudicados, especialmente en Escuintla y Sacatepéquez, que fueron los más golpeados. La mayoría de familias se encuentra actualmente en los Albergues de Transición Unifamiliares (Atus), en condiciones dignas, y ya está en marcha el proyecto de viviendas a donde serán trasladadas de manera permanente.