Miles de mexicanos utilizarán el fin de semana para “cargar” gasolina ante la crisis generada por los problemas en el abastecimiento de combustibles que continuó hoy en la Ciudad de México y varios estados del país.
Largas y constantes filas se registraron, las primeras horas de este sábado, en las calles y vialidades aledañas en cientos de estaciones de gasolina en la capital mexicana, escena que se repitió en otras entidades.
Como en los tres días anteriores, los ciudadanos decidieron “gastar” varias horas de su descanso para hacer fila y esperar a cargar en la estaciones, pero con la incertidumbre que el combustible no se acabe.
“No tenemos problemas de desbasto de gasolina, tenemos suficiente. Es un problema de distribución para evitar el robo de combustible”, dijo este sábado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador en un acto en la ciudad de Ayala, en el central estado de Morelos.
“No podemos permitir el ‘huachicoleo’ (robo de combustibles) por ningún motivo. Se acaba arriba (funcionarios) y abajo (trabajadores), pero no está fácil. Hay resistencia y nos han boicoteado”, añadió.
Los ciudadanos, de buena o mala manera, han aceptado formar las filas, lo que ha provocado incidentes menores debido a los roces y la larga espera.
Además de la filas de autos, los ciudadanos se han formado con bidones en mano para llevar el combustible hasta sus casas para cargar sus automóviles.
Ante la incertidumbre de cuando se regularizará la distribución, la compra de combustible, durante este fin de semana, parece una medida de prevención de los ciudadanos, quienes retomarán sus labores el próximo lunes.
Para evitar el robo de combustible, López Obrador implementó un cambio en el modelo de suministro de Pemex, que conllevó cerrar ductos y transportar el hidrocarburo por pipa (camión cisterna).
Esta modificación ha provocado problemas de abastecimiento en al menos diez estados y en la Ciudad de México, así como cierre de estaciones de servicios y compras de pánico en los tres últimos días.
Hasta ahora no se han dado datos oficiales sobre cuando se restablecerá la distribución de combustible al ritmo previo a esta crisis ni el funcionamiento normal de las estaciones de servicio del país.
Sin embargo, miembros del Gobierno mexicano se han mostrado dispuestos a que el cierre de ductos continúe el tiempo que sea necesario hasta que se controle el “huachicoleo”, que provoca al Estado unas pérdidas por 60 mil millones de pesos (3 mil millones de dólares) al año. México, EFE