El fenómeno de la migración hacia el norte, el duro camino que deben recorrer los hombres y mujeres que toman la decisión de dejar su tierra y su hogar, lleva consigo la carga del sueño de mejorar en otro país, pero pensando en los que se quedan, y por ello las remesas familiares que llegan de Estados Unidos, mayormente, se han constituido en el principal ingreso de muchas familias guatemaltecas y en uno de los rubros más importantes de la economía del país.
Más de 1.5 millones de guatemaltecos que viven en otros países logran beneficiar y mitigar la vida de casi dos millones de connacionales que viven acá, que en casi todos los casos son familiares cercanos, que utilizan esos fondos para vivir y en algunos casos para invertirlos, sobre todo en bienes inmuebles.
De acuerdo con registros del Banco de Guatemala, el ingreso por remesas durante 2018 creció 13 por ciento con respecto a 2017, poco más de US$8 mil millones, que significan no menos de Q63 mil millones.
La migración está intrínsecamente relacionada con el flujo de remesas y es principalmente rural, pues es en este sector donde algunos miembros de las familias toman camino para buscar oportunidades en Estados Unidos y así rescatar de la pobreza a su núcleo familiar.
Por ello, el Gobierno de la República trabaja por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores en programas de ayuda para los migrantes, que van desde la instalación de consulados móviles hasta la conformación de centros de impresión de pasaportes, asistencia legal y acompañamiento, cuando así lo demanden.
Con el propósito de que los connacionales que viven en Estados Unidos se sientan siempre parte de nuestro país, las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos ahora les permiten que puedan ejercer su derecho al voto, de tal cuenta que en las elecciones de este año se considerarán los votos de dichos migrantes.
Los fondos enviados por medio de bancos y empresas de courier no solo ayudan directamente a los familiares radicados en el país, también son fuente importante en el comercio local y contribuyen con el desarrollo comunitario, pues la inversión en construcciones emplea a trabajadores del lugar y obliga a la compra de materiales en comercios cercanos.