No menos de 27 mil 742 de filtros ecológicos fueron donados a las escuelas públicas del área rural, lo que ha beneficiado a más de 832 mil 260 estudiantes.
Según la empresa Ecofiltro, con ello se contribuye al bienestar de las comunidades, ya que las fuentes hídricas no son aptas para el consumo, debido a la contaminación y a la carencia de agua potable.
Estas unidades purificadoras han sido entregados en más de 4 mil 623 centros educativos en áreas de la Costa Sur y altiplano, indicó Philip Wilson, director de la compañía.
Wilson explicó que para ello se firmó un acuerdo con el Ministerio de Educación, y así tener mayor apertura en cada uno de los establecimientos.
“Se contacta con los directores, y si ellos se comprometen a hacer uso adecuado de los ecofiltros y el cuidado correspondiente, se gestiona la entrega según las necesidades del lugar”, señaló el empresario.
“Estamos convencidos de que en el futuro más empresas a nivel mundial se convertirán en entes de impactos, dando a los consumidores productos o servicios que vayan más allá, que tengan un objetivo social”, dijo Wilson.
En 2018 se llegó a 5 mil aulas más, aportando a la salud de más de 150 mil pequeños escolares. Este tipo de aportes también se han entregado a los hospitales nacionales de Escuintla, Chimaltenango, Sacatepéquez, Petén, y en el San Juan de Dios y Roosevelt, de la capital.
Qué es y cómo funciona
Ecofiltro es un sistema artesanal purificador que hace que el depósito, elaborado a base de materiales naturales, como la arcilla, aserrín y plata coloidal, filtren el agua.
La arcilla crea canales microscópicos dentro de las paredes interiores de la unidad de filtración y atrapa todos los contaminantes, incluyendo sólidos, bacterias y parásitos.
El aserrín se convierte en carbón activado durante el proceso, lo que permite eliminar el mal olor, sabor y turbiedad del agua, sin importar cuál sea su procedencia.
La plata coloidal se impregna en la superficie del filtro cerámico después de que este se cuece en el horno. Es un bactericida que se utiliza en todo el mundo para purificar, que no tiene ningún efecto secundario y que funciona como segunda capa protectora para neutralizar los contaminantes.
Primer lugar
El primer Ecofiltro fue inventado por el ingeniero guatemalteco Fernando Mazariegos, en 1980. Philip Wison, presidente de la compañía, se encargó de lograr que el invento concursara entre los proyectos de 750 empresas que participaban en el certamen Acces To Markets & Finance Award, celebrado en Finlandia en 2011, donde obtuvo el primer lugar.