Activistas de derechos humanos urgieron instalar un albergue permanente para migrantes en el sur de California, ante la intención del Gobierno de San Diego de adecuar un antiguo centro de detención con ese
propósito.
Por semanas, la Red de Respuesta Rápida de San Diego (SDRRN), conformada por organizaciones civiles, ha solicitado recursos de autoridades locales y estatales para lidiar con el creciente número de familias que ha llegado a la frontera en búsqueda de asilo político.
La problemática se agudizó a finales del año pasado, tras la implementación de una política bajo la cual familias migrantes han sido abandonadas a su suerte por las autoridades federales, con un brazalete electrónico, una vez que son procesadas por oficiales del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
En respuesta, se instaló un albergue temporal sin las características para “permitir una viable operación a largo plazo”, y su permiso vencerá a principios de febrero, según informaron autoridades municipales en una carta enviada a la Oficina de Servicios de Emergencia del Gobierno de California.
El sitio ofrece techo y comida a migrantes mientras se preparan para trasladarse a la ciudad, donde los espera algún conocido o familiar.
La ciudad de San Diego ha propuesto transformar un edificio que, hasta el año pasado, operaba como un centro de detención juvenil.
“Este espacio ya ha sido clasificado para ocupación residencial, y, por lo tanto, no requeriría de alteraciones significativas para ser utilizado como albergue”, detallan autoridades en dicho documento.
Aunque se trata únicamente de una propuesta, activistas la ven con buenos ojos y quieren cerciorarse de que las instalaciones cuenten con lo necesario para atender a las familias.
“Es un primer paso”, subrayó a Efe Norma Chávez-Peterson, directora de la Unión Americana de Libertades Civiles en San Diego, organismo que forma parte de la red de apoyo.