Londres, EFE.- Un Liverpool arrollador (5-1), que alcanzó el descanso del duelo contra el Arsenal con el marcador sentenciado, cerró el año a lo grande, invicto y como líder consolidado de la Liga Premier.
El conjunto de Jurgen Klopp alargó la estupenda dinámica que ha mostrado a lo largo de 2018. Un crecimiento que lo llevó a disputar la final de la Liga de Campeones y a erigirse en el dominador de la competición inglesa que no gana desde la temporada 1989-1990 y a cuyo título no se acerca desde que fue subcampeón en la 2013-2014.
Contra el Arsenal, en Anfield, ofreció una nueva demostración de fuerza. Beneficiado por la derrota del Tottenham con el Wolverhampton su ventaja se dispara a los 9 puntos. Aunque puede quedar en 7 si gana al Southampton el Manchester City, al que se enfrenta el 3 de enero, en su primer compromiso de 2019.
Los nueve triunfos seguidos contemplan el presente en la Premier del conjunto de Klopp, que selló el obtenido contra los gunners impulsado por el brasileño Roberto Firmino, autor de un hat trick.
No termina de encontrar la estabilidad el Arsenal, que solo ha ganado 1 de sus últimos 4 encuentros. Se situó por delante en Anfield, cuando a los once minutos un pase de Alex Iwobi al segundo palo fue aprovechado por Ainsley Maitland-Niles.
Reaccionó el Liverpool, que presumió de pegada. En el 14, luego de una serie de rebotes la pelota le llegó a Firmino, que batió a Bernd Leno y estableció el empate. Solo 2 minutos después, el brasileño protagonizó una buena acción individual, sorteó a 2 defensas, y llevó el balón a la red.
Ya estaba por delante el conjunto local, impulsado por la intensa presión, la velocidad en sus acciones y el acierto. Así, Mohamed Salah no desperdició una jugada dentro del área y asistió a Sadio Mané, que marcó el tercero.
El cuarto y el quinto fueron de penal. Primero en el tiempo añadido de la primera parte, con una falta de Sokratis al atacante egipcio que después transformó. El otro por un empujón de Sead Kolasinac a la hora de juego, que materializó Firmino para alcanzar su triplete contra un adversario desbordado.