Los únicos, los buenos, los puros… Los perdona vidas, los del implacable y permanente dedo acusador… Los que nunca se ven en el espejo.
En otras palabras, los que pasan por alto las vigas y en los ojos ajenos, ven las pajas. Los que presumen y presumen y presumen, de lo que les falta.
Los perfectos, los “Don Perfectos” los que todo se merecen y todo lo que hacen, lo hacen bien, ellos sus jueces. Los que no ven méritos en nadie.
Estos –los farsantes– los de las cacareadas “nuevas formas” para hacer política; le han hecho –y le siguen haciendo– mucho daño a Guatemala.
Descalifican o ignoran las ideas, si no suyas, ideas que no tienen.
¡Que lleguen los buenos al poder! (Ellos, los buenos) y, así, llegando estos al poder “los buenos” –por arte de magia– todo cambiaría. Tal, lo que piensan…
¿Piensan?
Si llegasen los “buenos” al poder, cantaleta que se repite –e incluso con pasión– cuando se sienten cerca de alcanzarlo: ellos, “los buenos”, los únicos “buenos” y, además; los capaces de solucionarlo todo, si llegasen al poder, con ellos, todos nuestros males se habrían acabado…
Los creadores de la “nueva forma de hacer política”, repetido estribillo que se ha dado en toda elección.
Lo único que tiene esto de nuevo es que son otros los que, ahora, intentan lo mismo, por lo demás, idénticas las “nuevas” formas de hacerla: exactamente igual a todas las restantes.
Juzgadores Supremos del Universo, aparentando –además– y subrayo, además –una humildad– de la que carecen.
¿No se dan cuenta de las vigas en sus ojos? Desconocen, acaso, la sentencia popular que les condena: “Dime de qué presumes y te diré lo que te falta”.
Nos han hecho mucho daño y nos lo seguirán haciendo puesto que ocultan la verdad, verdad que es muy sencilla: que lo que no funciona es el sistema –la forma de elegir a los diputados que integran el Congreso– y que si no se cambia esa forma de elegirles –lleguen quienes lleguen– y aunque todos vestiditos de primera comunión fracasará el Estado.
Lo ocultan –ocultan que si no se cambia esta forma, habrá de ocurrir lo mismo, porque quisieran llegar ellos, los “buenos”, los “puros”, los “perfectos”… sabedores que con listados es su única forma de lograrlo.
Los que ya participaron en un gobierno fue por “sacrificio”, tratando de hacer el bien; Ellos, los que “perdonan”, cuando se les da la gana, en tanto que los demás –los demás– aprovechados si participan y condescendientes, si comprenden o perdonan.
¿No se darán cuenta de que –además del daño– hacen el
ridículo ?
¿Últimas coca colas del desierto? ¿Papás de Chita y abuelos de Tarzan? ¡Por favor!
Estos especímenes, si continúan así –están a tiempo de cambiar– no podrían percibirse sino como más de lo mismo.