Estas fiestas populares recuerdan el peregrinaje de José y María antes del nacimiento de Jesús.
Durante las nueve jornadas que anteceden a la Navidad, las Posadas recorren diversos barrios y colonias del país para recordar el peregrinaje de San José y la Virgen María antes del nacimiento de Jesús. Estos días, en que los sonidos de las tortugas y los chinchines acompañan a los caminantes, y los cohetillos celebran que alguien alojará a la Sagrada Familia en su hogar, conozca el origen y significado de esta tradición.
En el tiempo
Cuando se habla de las Posadas, asegura el historiador Fernando Urquizú, es importante mirar hacia los inicios de la cultura hispánica en Guatemala. En el siglo XVI surgieron las primeras representaciones, con montajes sacramentales de orden teatral, similares a las pastorelas. Con el paso del tiempo, la Iglesia católica decidió evitar que las personas se pusieran en los roles de José y María, y estos fueron reemplazados por esculturas de distintos tamaños.
Estos recorridos, enclavados en el período de Adviento, la etapa con la que comienza el año litúrgico cristiano, forman parte de la preparación
espiritual y de solemnidad por la llegada de Jesús, señala Urquizú. Las Posadas, agrega, también llegan anualmente para fijar en la memoria colectiva el conocimiento de un hecho que marcó a la
humanidad.
Diferencias
En la tradición mexicana, durante las Posadas se acostumbra quebrar una piñata de 7 picos, para acabar con los 7 pecados capitales, mas nuestro país se inclina por las acciones hospitalarias, recuerda el historiador. Otro aspecto que distingue a este festejo en Guatemala es su reinterpretación musical de la cultura local, con la inclusión de instrumentos prehispánicos, como los chinchines y el caparazón de tortuga.
Más que una escena
El hogar que recibe la Posada debe mostrar sus cualidades de anfitrión. Urquizú menciona que la costumbre es ofrecer a los invitados bebidas calientes, como atol de elote y ponche, y comidas especiales. Esta ocasión no solo debe rememorar una escena bíblica sino también promover la humildad, la unidad y el sentido de humanidad, concluye el historiador.