Beneficios ecológicos, sociales y económicos brindan las áreas marinas protegidas del territorio nacional, en las que se han realizado múltiples esfuerzos para la recuperación de los manglares.
En ese sentido, la Ley de Probosque es un mecanismo que ayuda a la restauración de las reservas por medio del pago de incentivos forestales, el cual ha garantizado la permanencia de no menos de 4 mil 400 hectáreas de bosque manglar, con una inversión de Q6.4 millones.
El Instituto Nacional de Bosques (Inab) y el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), en conjunto con otras instituciones, ha impulsado acciones para el fortalecimiento de las estrategias de conservación, cuidado y recuperación de la especie en las costas del litoral Pacífico y el Caribe.
Esta especie contribuye al resguardo de hábitat y ecosistemas acuáticos y terrestres, y a tener costas saludables, productivas y resilientes. Además, involucran a distintos actores en la planificación y distribución de los beneficios de los océanos. Por otra parte, garantiza el uso sostenible de los recursos naturales y el turismo.
Recuperan 12 mil hectáreas
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), durante cinco años implementó el proyecto Manejo Sostenible de Bosques y Múltiples Beneficios Ambientales Globales, logrando el 99 por ciento de las metas propuestas en 4 departamentos del territorio nacional, a lo cual se destinó más de Q138.8 millones.
Según el informe, esto permitió el rescate de 12 mil hectáreas de bosques naturales y la conservación de otras 7 mil quinientas. También se evitó la generación de 3 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), para reducir la reproducción de gases de efecto invernadero.
Estos ecosistemas son de suma importancia para la población y para el mantenimiento y renovación de la biodiversidad marino-costera, ya que constituyen una barrera natural que protege a las comunidades de los alrededores de eventos climáticos extremos, como los huracanes, inundaciones. También estabilizan las costas y reducen la erosión del suelo, entre otros servicios ecosistémicos, y de la producción de madera.
Tipos de mangle
Guatemala cuenta con cinco especies de mangle, entre ellos el rojo, el principal, que cubre un 67 por ciento del bosque natural; le sigue el blanco, con una cobertura de 33 por ciento; luego el negro y botoncillo, que ocupan áreas menores, con un 3 y 0.3 por ciento, respectivamente.
*Por Patricia González