Las situaciones cotidianas y la violencia que a veces pasa desapercibidas ante nuestros ojos inspiraron al coreógrafo Josué Castro para concebir Animales salvajes. Ir más allá de la estética y tocar la conciencia del espectador es la misión de un montaje contemporáneo en el que reúne a ocho bailarines. Las funciones serán el miércoles a las 20:00 en Casa Celeste, 6a. avenida A 10-14, zona 1, y el viernes a las 19:00, en Casa de Cervantes, 5a. calle 5-18,
zona 1. Admisión Q35.
De acuerdo con Castro, la tarea de los artistas es llegar a la conciencia humana. Animales salvajes surgió precisamente porque desde hace mucho tiempo le hacía “ruido” pensar en las luchas de poder que se libran a diario, y en esas situaciones en las que el hombre representa una figura de superioridad.
En este montaje, Castro reúne a cuatro integrantes de la compañía de danza Chevah y a cuatro bailarines invitados. La confianza, dice, fue la clave para armar el espectáculo en el que los intérpretes expusieron sus situaciones personales y desarrollaron diversos ejercicios de improvisación. “Muchas veces la danza se mecaniza y solo se busca el movimiento perfecto, pero para esta puesta en escena lo esencial era entender el mensaje y sentirlo”, asegura.
Hace algunos años Castro dejó Chevah, de la que es cofundador, para explorar un nuevo terreno, el teatro. Esa experiencia, indica, lo hizo evolucionar y ver la danza desde otra perspectiva escénica y humana. Por eso, las tareas del equipo incluyeron ver películas y series de televisión: “Buscamos una situación y a partir de ella crear movimientos. Esperamos que la gente pueda identificarse con ellos”.
Los intérpretes se mueven sobre una escenografía minimalista, pero cargada de significado. “Un sofá representa ese momento de unión entre familias, hombres y mujeres”, apunta. Mientras que en el vestuario, las máscaras de animales sirven para mostrar algo difícil de
expresar, la vulnerabilidad.