Desde acuarelas hasta pastel y crayones, cuatro décadas y media de vida creativa del artista cubano Roberto Fabelo (Camagüey, 1951) se plasman en una gran retrospectiva de cien obras sobre papel, inaugurada este fin de semana en La Habana.
Por el tiempo
“Son piezas que me trasladan en el tiempo. Recordar es volver a vivir”, declaró el artista vivo más cotizado de la isla, frente a una acuarela sin título de 1972, la primera de un centenar de creaciones dispuestas por orden cronológico en una de las salas del icónico Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, en el centro histórico de la ciudad.
A medida que avanzan los años en la retrospectiva, los grises abren paso al color y las influencias cubistas pierden terreno frente a destellos más surrealistas en excepcionales obras como Cazuelón (2008) o la serie Viajes Fantásticos (2009).
En la belleza
A lo largo de las últimas décadas, Fabelo ha encontrado su inspiración “en el ser humano, la belleza de la mujer, la belleza de la vida, las contradicciones de la vida, los azares y las obsesiones nuevas que se tienen en la vida”, explica.
“Uno siempre tiene influencias de toda índole”, reconoce el pintor, escultor, dibujante e ilustrador, en referencia al eclecticismo de su arte, imposible de clasificar en una categoría o estilo específicos.
La exposición, auspiciada por el coleccionista español Luciano Méndez, director del Banco Sabadell en Cuba, así como el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), incluye retratos de los célebres escritores de la isla Manuel Navarro Luna (1894-1966) y Alejo Carpentier (1904-1980).
Tampoco faltan cartulinas de la serie de mujeres con tenedores montadas sobre gallinas, que son algunas de las obras más reconocibles del artista galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas de Cuba en 2004.
*EFE