Ni los futbolistas de Cobán Imperial, ni los de Guastatoya, fueron ayer los protagonistas en la primera llave de ida de semifinales, sino un incidente entre la afición y el árbitro que, en el minuto 85, provocó la suspensión del juego, con empate sin goles.
A falta de 5 minutos para que terminara el tiempo reglamentario, el árbitro del juego, Mario Escobar Toca, recibió el impacto de una botella lanzada desde la curva nororiente del Estadio José Ángel Rossi, por lo que el central, de inmediato, abandonó la cancha para recibir asistencia médica, sin pitar el final del cotejo.
“Se atendió al árbitro central por una herida cortante que presenta en el cuero cabelludo ocasionada con un envase de licor. Se va a trasladar a un hospital privado para la sutura necesaria”, destacó el oficial Néstor a la cadena de radio Emisoras Unidas.
Jean Paul Rivera, integrante del cuerpo arbitral del juego, destacó que el supuesto agresor fue detenido por la Policía Nacional Civil y trasladado a un juzgado.
Cobán podría perder sobre la mesa
Según el reglamento, con base en el informe arbitral, la Comisión Disciplinaria dictará la resolución, que podría llevar a Cobán a perder 3-0 por falta de garantías de seguridad, ya que no es primera vez que la afición cobanera perjudica a su equipo con similares acciones y contra el mismo rival.
Serie en suspenso
En lo deportivo, príncipes azules y pechoamarillos no se hicieron daño, pues con el empate sin goles dejan abierta la serie para que se defina el sábado, en el juego de vuelta que se disputará en el Estadio David Cordón Hichos a las 14:00.
De persistir las argollas colgadas en el tablero, el boleto a la final lo obtendría Guastatoya, por mejor posición en la tabla de clasificación, ya que ocupó el primer lugar con 44 puntos, mientras que Cobán terminó en la quinta casilla, con 36 unidades.