Así le digo al White Album. Revisitado con la inocencia de una primera vez, es una joya musical. El material tiene un talento y una creatividad que por momentos es secuestrada por el ego y disfuncionalidad de cuatro tipos que ya no se soportaban. George Martin, su productor de cabecera, tomó unas vacaciones obligadas. La atmósfera que se respiraba en el estudio era de fragmentación.
Con Yoko en la jugada y Lennon convertido en el señor Ono, McCartney prefería trabajar solo. Ya ni miraba a los ojos a John. Harrison y Ringo lo hacían a su manera, bajo la mirada vigilante y destructiva de Lennon y McCartney, y su “Dios no lo quiera” no les guste lo que escuchan. Ante la ausencia de “Romeo” Lennon, Paul tomó las riendas de la banda y, como tirano decidió sobre todo.
Lleno de genialidad, absurdo y necedad, el álbum confunde y encabrona por momentos. Para muestra un botón: dos canciones que ya estaban escritas y listas para ser incluidas, a última hora fueron retiradas sin razón aparente. ¿Cuáles eran?, pues Hey Jude y Something. Nadie extrañaría, por ejemplo, Wild Honey Pie y Why Don’t We Do It On The Road.
Como dije anteriormente, ego. El que escribió la canción la canta. Cada quien desarrolla su personalidad. Lennon con Happiness is a warm gun ataca el “aparatejo” de la industria de armas con una fuerte dosis de sarcasmo. Sexy Sadie es un adiós con el dedo de en medio al guía Maharishi, que solo les robó el dinero. Revolution, en su versión blusera ni se diga: acordes y lírica incendiaria. Por el lado de McCartney están la clásica Martha My Dear y la acústica Blackbird, que nos hace olvidar Yesterday. Ambas son del pop más exquisito.
Los hay de anécdota, como la de George, cuya leyenda de While My Guitar Gentle Weeps es de vergüenza. Muchas de sus canciones fueron rechazadas, pero cuando les mostró el demo y Lennon-McCartney dijeron “no”, porque sonaba a ellos (y a la banda), a Harrison le tocó pelear por su creación. Invitó a Eric Clapton, quien por aquellos tiempos era el Dios de la guitarra, a tocar. Los tres volvieron a negarse, mas George puso un ultimátum y se grabó en una tarde. Este tema es el más insigne del disco y de la carrera de Harrison. Ringo hizo lo suyo con la pegajosa Don´t pass me by y la bella Good Night.
Helter Skelter es la controversial, sin serlo. Se convirtió en oveja negra por la inspiración que le provocó al asesino serial Charles Manson. Aún sigo sin entender qué escuchó. Es una canción ruidosa con letras ridículas. Como sea, para Manson el título significaba una predicción del apocalipsis mundial de guerra entre la raza blanca y la negra. Quién sabe, a lo mejor tuvo razón.
La versión del 50 aniversario salió el 8 de noviembre pasado. Trae tres discos extras de demos y otras versiones de las originales. Pero más allá del cumpleaños, duele que el grupo se desintegrara para convertirse en leyenda. Es difícil celebrar con la fotografía sepia del accidente, mas el Álbum Blanco es un documento histórico y sonoramente imponente.
