“Crecí en un hogar en el que la música, el baile y el canto eran vitales”, afirma la actriz y directora Alma Monsanto. La semilla germinó y esa vida dedicada al arte será homenajeada por la compañía teatral Escarlata, con un galardón diseñado por el escultor Pepo Toledo. La ceremonia es hoy, al concluir la función de El Contrato, en la Sala Manuel Galich de la Universidad Popular, 10a. calle 10-32, zona 1.
Camino artístico
Para Alma Monsanto los reconocimientos son una “caricia” a una trayectoria que comenzó motivada por una tempranera pasión. Adolfo, su padre, solía reunir a su familia alrededor del tocadiscos para interpretar El burro y la paloma. El gusto por la ópera y la zarzuela marcó un camino que más tarde reforzó con clases particulares de ballet y piano.
Los entornos culturales de México, Argentina y Uruguay, países en los que residió, despertaron aún más sus inquietudes estéticas. Pero sus regresos a Guatemala también eran especiales, pues visitaba la TGW para ser parte del radioteatro infantil, con Marta Bolaños de Prado como tutora. Por eso, con tan solo 12 años, hizo una confesión a su familia. “Me veía como una señorita que sería una gran artista. Quería cantar y bailar en el teatro, y estar en lo alto”, comenta.
Vocación
Aunque a sus padres no les pareció buena idea que se dedicara al arte, tiempo después la joven halló sus propios medios para cumplir con su vocación. Graduada de maestra, empezó a enseñar en el Instituto América, donde montó coreografías y piezas de zarzuela con sus estudiantes. Esta combinación entre educación y cultura la repitió en el colegio Valle Verde, en el que estuvo a cargo de la formación musical y la dirección de montajes teatrales por 17 años.
La carrera de Monsanto incluye su labor como guionista y directora del programa infantil En un mundo encantado (Canal 3). Asimismo, en 1982 fundó Artestudio Kodaly, una escuela de formación artística que estuvo vigente hasta 2004. “A partir de aquí, ya no paré. Realicé a gran escala, lo que solo había hecho con escolares”, indica la intérprete.
Pasión por los musicales
La artista es una apasionada del teatro musical, y uno de sus anhelos era presentar en Guatemala piezas con adaptaciones y traducciones originales. Su primer montaje Hello, Dolly! lo recuerda como toda una aventura, con lleno total en las 3 funciones; mientras que el de Jesucristo Súper Estrella, asegura, fue “atrevido”.
Durante 15 años formó parte del elenco Don Juan Tenorio y otra de sus participaciones destacadas fue en El elixir del amor, junto a Mario Chang y María José Morales. Sin embargo, en Alma se mantiene presente Evita, un espectáculo que además de marcar su trayectoria le dio el placer de conocer a Eva Perón, en quien se basa la obra.