Existen artistas que tienen la capacidad natural de poder encapsular lo que significa ser un ser humano. Como si fueran libros o profetas ambulantes del más puro, y sin adulterar, existencialismo, uno los devora o se bebe sus páginas enteras. Esos son los grupos y solistas que más me gustan.
Como si de un golpe de suerte se tratara, en estos días me topé con el disco debut en solitario de Devon Church, músico americano nacido en Winnipeg, Estados Unidos. Su trabajo reciente lleva por nombre We Are Inextricable, un título que queda perfectamente con todo lo que este material contiene. He de confesar que fue amor a primera oída, uno de mis mejores descubrimientos de este año.
¿Por qué digo que este álbum es perfecto? Es sencillo; creo que la palabra inextricable define muy bien lo que somos: confusos e intrincados; y por consiguiente difíciles de desmarañar. Esta producción es un sombrío ensayo acerca del amor perdido, a la vez que una extensa travesía por las profundas reflexiones poéticas de Devon Church. Queriendo o no, nos lleva a un momento de elevación en el cual hace que nos enfrentemos a nosotros mismos en lo más profundo de nuestra angustia.
Los temas de este disco son himnos que susurran en lugar de gritar. Son canciones de amor que reconocen los diversos estados y expresiones de las emociones, sin ser torpes o resignadas. Eso, sumado a la peculiar voz de Church, que por momentos me recordó a un joven Tom Waits con elementos de Mark Lanegan y Leonard Cohen. Todo aderezado de un minimalismo psicodélico folk, junto a sendas oleadas de ruidos inquietantes, así como de un ambiente relajante. La combinación hace que We Are Inextricable se convierta en una entidad solitaria capaz de sobrevivir en el tiempo, a través de paisajes nebulosos, como si se tratara de un fantasma que se niega a irse de este plano.
Devon Church es de esos músicos a los que de verdad les deseo que tengan más reconocimiento y lleguen a más personas. Esto lo digo casi en un sentido de urgencia. Necesitamos más Devon Church en la música, para que nos ayuden poco a poco a resolver eso que está enredado adentro de nuestra cabeza y corazón. Que con la guía de sus melodías nos formulemos mejores preguntas, con el fin de obtener mejores respuestas. Quién sabe si las tendremos. Eso no lo puedo asegurar. Para mientras, siempre podemos consolarnos en música como esta.
Para escuchar: Your Father’s House, Curses, Now That I’m Dead, Pass Through My Heart y We Are Inextricable.