Con el objetivo de llevar un mensaje que invita a amarse unos a otros y a mejorar la convivencia social, Ana María Bravo vuelve a ponerse al mando de la Nochebuena mágica. La Compañía de Teatro Bravo le da la bienvenida al último mes del año con una historia que hace uso de la fantasía y la tradición, para recordar los orígenes y verdadero significado de la Navidad. Las funciones serán los domingos del 2 al 16 de diciembre a las 11:00, en el Teatro Don Juan, 7a. avenida 5-37, zona 1. La admisión es de Q75.
De la imaginación
Para mostrar al público los aspectos predominantes durante esta temporada, Nochebuena mágica se divide en dos actos. En el primer episodio, apunta Ana María Bravo, se recrea la Navidad que los niños actualmente conocen, con personajes como Santa y la señora Claus, el Hada de Azúcar, Frosty y el Cascanueces. Todos ellos llevarán a las tablas un espectáculo colorido, en el que la música de Tchaikovsky estará acompañada por las coreografías de Fernando Juárez.
Con sentido
Bravo expresa que, frente a estos elementos imaginativos, en ocasiones se olvida lo más importante de estas fechas: el nacimiento del Niño Dios. Por ello, en el segundo acto, el show evoca una pastorela, en la que se narran distintos hechos, desde la aparición del ángel Gabriel, hasta la búsqueda del pesebre. De acuerdo con la directora, es necesario recordar y enseñar a los jóvenes tradiciones como las posadas, que más que religión son parte del folclor guatemalteco.
Llena de mensajes
Nochebuena mágica es descrita por Bravo como una obra de mensajes, debido a que busca tocar temas como la unión familiar, para que hijos, padres y abuelos disfruten de ella. Asimismo, destacar la importancia de la comunicación y el fomento de valores, como el respeto y la unidad en Cristo. Al momento de escribir el guion, confiesa, trabajó para que cada escena quedara en el recuerdo del espectador. ”Quiero que los guatemaltecos, sobre todo a los niños, vean más allá de los regalos y la decoración del arbolito”, concluye.