Lo único que podría cambiar esta percepción y que los electores se sientan y estén representados en el Congreso es que se reforme el artículo 157 de la Constitución y se establezca el sistema de distritos electorales pequeños, sistema en el cual se compone el Congreso de 160 diputados, correspondientes a 160 distritos electorales pequeños en los que cada uno de estos elige un solo diputado (nada de listados; ni nacional ni de ningún otro tipo, la mejor forma, los listados, de que nadie sepa quién es SU diputado y de que nadie se sienta –ni esté– representado en el Congreso.
En el sistema de distritos pequeños se inscribe como candidato quien quiera hacerlo, sin necesidad de que le postule un partido político y gana la única diputación de ese distrito, sin fórmulas raras, el candidato que obtenga en la elección el mayor número de votos. Sobre los distritos pequeños se han pronunciado Lizardo Sosa y recién, en su columna, en el matutino El Periódico, Richard Aitkenhead. Como una opción a auscultar, tomándola como una propuesta mía (no debe haber en esto primogenituras, hace ya un buen tiempo, en el vespertino La Hora, su director, Pedro Pablo Marroquín).
Casi en simultáneo, al segundo, fue postulado ya el tercer binomio, binomio postulado por el partido Fuerza que, en la elección pasada tuvo como candidato a Alejandro Giammatei con quien obtuvo un considerable número de votos, candidato que esta vez se presenta –como lo apuntamos al inicio de esta columna– con el nuevo partido político VAMOS.
FUERZA postula esta vez como binomio a José Mauricio Radford Hernández, fundador que es del partido y secretario general de este, ingeniero en sistemas y máster en administración por la Universidad Francisco Marroquín y a Manuel Abundio Maldonado Estrada, al igual que el primero, también empresario, este en el campo agrícola, hijo de Abundio Maldonado Gularte, de grata memoria, alcalde que fue de la ciudad de Guatemala, director de la Escuela Politécnica y embajador de Guatemala en los Estados Unidos Mexicanos y en los Estados Unidos de América.
Todos los candidatos, sin excepción, se encontrarán en este proceso electoral con el problema ya señalado de que será muy difícil que conozcamos sus planteamientos, temerosos estos de que puedan ser tomados como campaña anticipada y, en algunos casos, será difícil no solamente que conozcamos sus planteamientos sino incluso, su existencia. La campaña electoral –propaganda– no podrá iniciarse sino hasta 90 días antes de la fecha que se señale para celebrar las elecciones (pese a que la convocatoria se hará en enero) y, en consecuencia no será sino hasta la segunda quincena de marzo que pueda iniciarse: 87 días y medio de campaña para que los candidatos presidenciales se den a conocer en toda la República, 12 fines de semana, los de ese lapso, para cubrir los 22 departamentos… Lo grave no es la campaña corta, 87 días y medio que pueden ser sobrados para realizarla, sino el estúpido concepto de campaña anticipada y la más estúpida interpretación de este: hasta 90 días antes de las elecciones, desconocidos los candidatos y sus planteamientos, fuerte ventaja para los ya conocidos y en cuanto a planteamientos se refiere, desventaja para todos. ¿Cómo diferenciarlas, si no se conocen, las opciones políticas? Los más afectados, sin lugar a dudas, los electores. De los candidatos, quienes ganen, se encontrarán con el problema, para gobernar, que los diputados que integren el Congreso, no habiéndose cambiado la forma de elegirles –en sus manos el Presupuesto, las leyes y las más importantes decisiones nacionales – incurrirán en los mismísimos vicios ya que, independientemente de quiénes sean los electos, la forma de elegirles, lo quieran o no, determinará su desempeño. Sea este momento oportuno, una vez más, para exhortar a la honorable Corte de Constitucionalidad a que resuelva cuanto antes ¡YA! todas las acciones interpuestas en relación con las normas que regirán el proceso electoral y que buscan restablecer la libre emisión del pensamiento, mancillada por la Ley y amenazada –aún más– por las absurdas interpretaciones de esta.
Seguros candidatos que hasta ahora no han sido proclamados y de quienes se ignora aún por quién serán acompañados , Zury Ríos Sosa, con importante número de votos en la contienda pasada y Sandra Torres quien llegó incluso a la segunda vuelta electoral y es respaldada por la UNE, teniendo esta candidata y el partido que la postula un amplio reconocimiento a nivel nacional; Edmond Mulet por el Partido Humanista y Luis Velásquez por UNIDOS, ambos notables profesionales, cada cual en lo suyo, Roberto Arzú García Granados, en su primera aventura electoral, con un inmenso poder de persuasión y José Luis Chea Urruela, en su segunda –fue candidato a la presidencia con un buen resultado, atendidas las circunstancias– ministro de Cultura y Deportes del actual gobierno quien renunció de su cargo para participar como candidato.
Pendientes de asambleas, varios de los partidos políticos, entre estos, además de UNE, ya citado y VALOR (anterior PLP), el Partido Liberal de Guatemala (PLG) el Unionista, Encuentro por Guatemala, URNG, Convergencia, VIVA, Quinac, Semilla, Movimiento para la Liberación de los Pueblos, PAN, PPT, Libre, BIEN, UNC, Avanza, Victoria, Café, CREO y FCN Nación, el actual partido de gobierno, partido que llevó a la Presidencia y Vicepresidencia de la República a los actuales gobernantes y que, en consecuencia, es más que previsible, será un importante protagonista en el proceso. Siendo el mismo el sistema para elegir diputados, especial cuidado habrá de poner el elector para que, a pesar del pésimo sistema, podamos tener el mejor Congreso posible –casi imposible empresa– y, por ello, la necesidad de que ponga en todo su máximo cuidado.
La oferta electoral es amplia y pese a las limitaciones impuestas a la libertad de elección del pensamiento, la oferta de binomios presidenciales, habiéndolos valiosos, nos permitirá votar por el mejor (no por el menos malo, una falacia periodistiquera que nos ha hecho mucho daño) si nos tomamos la molestia ¡Debemos hacerlo! de evaluarlos.
Tres ya los binomios y muchos otros, los binomios por venir. ¿Campañas anticipadas?
¡Por favor! ¡Estemos atentos!