Guatemala mejorará su sistema para el monitoreo de la sequía, pues la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) desarrolló ayer un taller para que el país pueda aplicar operacionalmente el sistema del Índice de Estrés Agrícola (ASIS, por sus siglas en inglés) para la protección de la población que vive en comunidades vulnerables al fenómeno, explicó Óscar Rojas, representante de esa institución. La herramienta utiliza información satelital y apoya los sistemas de comunicación agroclimática, detectando regiones agrícolas propensas a la sequía, permitiendo impulsar políticas de prevención en las comunidades.
Los datos registrados por ASIS (1984-2018) revelaron una disminución de la precipitación en las áreas del Corredor Seco de Centroamérica y, aún cuando la baja en 2018 no fue tan drástica como en 2015, la falta de agua continúa poniendo en riesgo cada año la seguridad alimentaria de unas 2.2 millones de personas.
Rojas sostuvo que, hasta ahora, uno de los grandes problemas de la sequía es la dificultad de prever el impacto, que tendrá en una región especifica. Por esta razón, la FAO impulsa el monitoreo de la sequía agrícola con datos geoespaciales, con el uso del sistema ASIS, que permitirá conocer con tiempo los efectos de la vulnerabilidad climática en la producción de granos básicos. Su capacidad de recoger datos en tiempo real, cada 10 días, permitirá activar medidas de prevención para la protección de las poblaciones que viven en las áreas más vulnerables.