En algunos países de América Latina se han registrado avances en el combate a la malaria, pues no se reportaron personas infectadas por dicha enfermedad el año pasado, a pesar de ser un mal endémico en determinadas naciones, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, la lucha contra ese mal sigue estancada en regiones como África pero, pese a una ligera mejora en la tasa de mortalidad, 2 millones más de personas la contrajeron en 2017, de acuerdo con un estudio de la entidad.
Esos datos figuran en el informe anual de la OMS sobre la lucha contra el paludismo, que se refiere al año pasado y fue presentado ayer en Maputo por delegados de la institución.
Pese a este relativo retroceso, el documento destaca avances positivos, pues no se reportó ninguna transmisión de malaria en El Salvador o China, naciones en las que este mal ha sido endémico por mucho tiempo, y el número de países que caminan hacia su erradicación, con menos de 10 mil casos, aumentó hasta los 46, o sea 2 más que en 2016.
Paraguay consiguió este año el certificado de territorio libre de malaria, siendo el primero de América en recibir este estatus desde que lo hiciera Cuba, hace 45 años, y Argentina está en proceso de obtenerlo, ya que no registra casos desde hace 3 años.
Nueva realidad
“Nadie debería morir de malaria. Pero el mundo enfrenta una nueva realidad: a medida que el progreso se estanca, corremos el riesgo de desperdiciar años de trabajo, inversión y éxito en la reducción del número de personas que padecen la enfermedad”, afirmó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En 2017 se registró un total de 219 millones de casos de paludismo, frente a los 217 millones de hace 1 año, y unas 435 mil personas perdieron la vida, en comparación con las 451 mil muertes de 2016.
El continente más castigado fue una vez más África, donde 10 países, junto a la India, en el undécimo puesto, aglutinan el 70 % del total de casos de malaria.
