Líderes de todo el mundo trataron de dar un impulso al amenazado multilateralismo con un foro en París, en el que la ausencia del presidente estadounidense, Donald Trump, brilló tanto como la presencia de unos 60 jefes de Estado y de Gobierno.
A la misma hora en que Trump rendía homenaje a los caídos estadounidenses de la I Guerra Mundial, en el cementerio americano de Suresnes, cerca de la capital francesa, la canciller alemana, Angela Merkel, abría el Foro de París por la Paz, iniciativa francesa a contracorriente de los tiempos.
El presidente galo, Emmanuel Macron, quiso convertir la conmemoración del armisticio de 1918 en una batalla contra los peligros del nacionalismo y del repliegue identitario.
Para ello contó con la ayuda de la entonces enemiga Alemania y de otros socios más circunstanciales, como la Rusia de Vladimir Putin que sí participó -aunque sin tomar la palabra- en el foro.
Al igual que Trump, también se ausentaron algunos mandatarios, como el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien sí había participado por la mañana en la solemne ceremonia, en recuerdo de la Gran Guerra, celebrada bajo el Arco del Triunfo.
Fueron Macron, Merkel y el secretario general de la ONU, António Guterres, los encargados de abrir los debates del foro, el cual se prolongará hasta mañana y que también pretende incluir a representantes de la sociedad civil.
“Muchos hoy dan la paz por hecho, pero está lejos de ser así”, dijo Merkel en su intervención ante el plenario del foro, donde recordó que su país estuvo en el origen de las dos guerras mundiales por la falta de visión global de quienes gobernaban en aquellos momentos.
La canciller alemana alertó de que no se han sacado las lecciones de las guerras mundiales, como ponen de manifiesto los 222 conflictos violentos que se vivieron el año pasado y los 65.8 millones de refugiados que hay en el mundo, de los cuales más de la mitad son niños.
En el mismo tono sombrío que ha usado en sus discursos sobre el armisticio a lo largo de la última semana, Macron se preguntó si, visto desde el futuro, la reunión de 84 jefes de Estado y de Gobierno bajo el Arco del Triunfo “será la foto de un último momento de unidad, antes de un nuevo desorden mundial”.
Sin pronunciarlo, el nombre de Trump apareció implícito en la mayoría de los discursos.