El ataque frontal al contrabando ha dado buenos resultados en lo que va del año pues, de acuerdo con datos revelados por la Superintendencia de Administración Tributaria, se han incautado no menos de 30 millones de quetzales en mercadería, y se han llevado a cabo 235 operativos nacionales, 4 binacionales y 5 acciones internacionales.
La defraudación fiscal y el contrabando son actividades delictivas que afectan los ingresos del Estado, y dañan el comercio interno, pues las mercaderías de contrabando consiguen hacer una competencia desleal a los comerciantes guatemaltecos que sí pagan impuestos y se rigen por la ley.
Por su condición geográfica, Centroamérica es un corredor continental por el que se comunican las dos grandes Américas, y por sus caminos, cielos y mares van y vienen cosas buenas y malas. Entre estas últimas el contrabando de mercancías, así como el tráfico ilícito de drogas y de personas, entre otros.
Por ello, la importancia de la persistente lucha de las fuerzas de seguridad y del personal aduanero que mantiene una constante actividad en el análisis, control y fiscalización de lo que ingresa al país y de quienes lo ingresan.
En la clausura del Primer Congreso contra la Defraudación y el Contrabando Aduanero, que se realizó en Guatemala la semana pasada, el presidente Jimmy Morales dijo en su dicurso: “Les pido que resguardemos nuestras fronteras, que respetemos nuestras leyes, que sirvamos a nuestro país con ética, pero sobre todo que velemos por una cultura tributaria transparente al servicio de los guatemaltecos”.
La lucha en este campo y en otros es de todos los guatemaltecos. La denuncia a tiempo es importante, la conciencia de pagar impuestos también, por ejemplo. Por ello, el mandatario también agradeció al sector privado por apoyar la lucha contra el contrabando y la defraudación aduanera.
El comercio ilícito es la suma de varios hechos delictivos como la defraudación aduanera, la piratería, la corrupción, el cohecho pasivo y el contrabando, entre otras acciones al margen de la ley que tienen efecto negativo en el país, pues merman los ingresos tributarios, estimulan la competencia desleal, y permiten el ingreso de mercancías que no tienen control de calidad alguno y pueden perjudicar la salud humana y animal del país.