Ante el supuesto de un origen político, la respuesta certera es un tratamiento de solución política. La caravana de migrantes debe ser entendida como un fenómeno geopolítico, y como tal, el eje en seguridad es el que debe ser clave.
El carácter humanitario de la caravana es un hecho y no hay fuerza más grande que moverse por una causa común, sin embargo, la actuación correcta de las autoridades el de la no agresividad en el recibimiento en las fronteras y la porosidad de la misma puede ser el vehículo perfecto que pueda ser utilizado por criminales que vulneren la seguridad pública y, por ende, la seguridad nacional. El fenómeno de la carava de migrantes, no es una crisis, es política ya que la única diferencia es que la movilidad se realiza masivamente, y mediáticamente. Aunque muchos migrantes no lo saben, esta nueva manera de viajar haciéndose de alguna forma visibles al ojo público, ha generado sentimientos antiinmigrantes en Estados Unidos y ha puesto nuevos obstáculos en su camino. Los derechos de los refugiados quedaron consagrados en el derecho internacional en tratados mundiales firmados en los años 1951 y 1967. Sin embargo, no todos los países firmaron estos convenios.
No hay nada que evite que un país suspenda sus leyes de asilo o las ignore. Así que jugar a esta carta puede llegar a ser un riesgo latente para los migrantes no solo de la caravana visible, sino de los migrantes que han realizado el trayecto en los caminos en donde no los vemos. Es importante destacar la amabilidad de los ciudadanos guatemaltecos ayudando a sus hermanos hondureños, no cabe duda que Guatemala tiene un tesoro enorme en su gente, nuestra calidez es única.