La lucha contra la producción y el consumo de drogas es titánica. Todos los Gobiernos reconocidos del mundo enfrentan el contrabando o la producción y gastan buena parte de sus presupuestos en seguridad ciudadana, dándole caza a los narcotraficantes y disponiendo de la instalación de sistemas de detección de contrabando.
De acuerdo con el Informe Mundial de Drogas, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el 5.6 por ciento de población del mundo consume drogas entre los 15 y los 64 años de edad, y la producción mundial de opiáceos aumentó entre 2016 y 2017 un 65 por ciento, alcanzando las 10 mil 500 toneladas producidas al año.
El gobierno del presidente Jimmy Morales da cuenta de los mayores registros de incautación de droga en los últimos 15 años, así como la cantidad de matas de marihuana y de amapola segadas en lo que va de 2018, superando los 50 millones de unidades cortadas.
La más reciente operación antidroga da cuenta de la intercepción de una nave semisumergible, localizada a 77 millas náuticas de la costa del Pacífico, en la cual se encontraron 125 costales que contenían 2 mil 223 kilos de cocaína, con un valor estimado en 228 millones de quetzales, la más grande operación de este tipo registrada.
Esto se logró gracias al trabajo de las fuerzas navales, que localizaron la nave y la interceptaron para luego llevarla hasta la costa, donde la Policía Nacional Civil y el Ministerio Público completaron la labor de decomiso, haciendo el conteo y análisis químico.
Pero la lucha no termina, pues las fuerzas de seguridad de Guatemala están en constante vigilia en los pasos fronterizos y en las costas, para localizar vehículos, naves marítimas y aéreas que intenten burlar la seguridad para traficar droga de todo tipo, pues también lo hacen con marihuana, opio, estimulantes y nuevas sustancias psicoactivas que tienen demanda en el mercado de las drogas.
El informe antes mencionado también anota que los jóvenes es el grupo más afectado por el consumo y tráfico de drogas, y el mayor riesgo se da entre los 12 y los 17 años de edad. Por ello, además de la lucha frontal contra la droga, es importante la educación y formación de las nuevas generaciones, para crear conciencia acerca de los daños físicos, emocionales y mentales que ocasiona el consumo de cualquier tipo de estupefaciente.