Ha surgido el primer binomio presidencial y, a dos meses y muy pocos días de que las elecciones se convoquen, se trata del único que ha sido proclamado hasta la fecha. La calidad de candidatos, que conste, solamente llegarán a tenerla cuando queden inscritos como tales, una vez las elecciones sean convocadas.
Integran el binomio, Alejandro Giammatei –médico– y Guillermo Castillo, abogado; el primero, en su cuarto intento por alcanzar la presidencia. Alejandro Giammatei surgió tardíamente como candidato del partido oficial GANA durante la administración del presidente Oscar Berger, abandonadas por aquella agrupación política la de Eduardo González (a raíz de las dificultades financieras habidas en Bancafé, entidad de la que era este una de sus figuras prominentes) y la de Alejandro Aguilar, esta última, como consecuencia del accidente automovilístico que sufriera y que, por su gravedad, le obligara a desistir.
El partido oficial, Gran Alianza Nacional (GANA) recientemente desaparecido o a punto de desaparecer –y Alejandro Giammatei, su candidato– ocuparon el tercer lugar en aquellas elecciones (elecciones celebradas en el año 2007) detrás de Álvaro Colom quien fuera respaldado por la Unidad Nacional de la Esperanza, UNE y de Otto Pérez Molina, postulado por el ya desaparecido Partido Patriota.
Alejandro Giammatei volvió a ser candidato, por segunda vez, en la elección que ganara Pérez Molina (2011) y –por tercera– en la elección pasada, la elección que ganó el actual presidente, Jimmy Morales Cabrera. En la segunda vez fue candidato del Partido CASA, y, en la tercera, del partido Fuerza, este último, aún existente. Esta, pues, su cuarta vez, es la primera que un candidato, entre nosotros, se presente cuatro veces a la elección presidencial, fenómeno no ajeno a otras realidades como las de la República de Chile y de la República Francesa en las que Salvador Allende, Jacques Chirac y Francois Mitterrand lograron llegar hasta después de ese largo recorrido.
Alejandro Giammatei fue también candidato a Alcalde, en dos ocasiones, elecciones en las que fueron electos, sucesivamente, Fritz García Gallont y el el Expresidente Alvaro Arzú. Mucha fe en sí mismo la de este candidato y mucho cuanto quiere realizar, lo que explica su empeño, siendo este tesón la mejor carta que puede presentarle, así como su paso probo por la administración pública su desempeño en el Tribunal Supremo Electoral bajo la presidencia de Arturo Herbruger y, posteriormente, a mitad de período de Oscar Berger, como director general de Presidios, habiendo sido no menos memorable la entereza habida de su parte para enfrentar la adversidad, acusado de los crímenes cometidos en la “toma de Pavón”.
Giammatei –no se movió de Guatemala– se sometió a nuestros tribunales de justicia y fue absuelto, tal y como lo fueron Carlos Vielmann en España y Javier Figueroa, en Austria. En la Confederación Helvética (Suiza) Eduardo Sperisen –ya se anuló una vez el juicio– lucha para evidenciar su inocencia en una apelación. No está de más recordar que, cuando se dio la masacre de El Boquerón –uno de los crímenes de Estado más abominables, en plena era democrática– Alejandro Giammatei ya no era director general de Presidios y que, en consecuencia, nada tuvo que ver con el traslado de los agentes policiales a esa cárcel y su ulterior asesinato. Tampoco relación alguna con el caso denominado El infiernito, ajeno el director de Presidios a lo que constituyen acciones policiales.
Alejandro Giammatei tiene un carácter fuerte, claros sus principios y valores y –así– ha llamado para acompañarle como Vicepresidente a Guillermo Castillo, abogado que ha sabido desempeñarse con excelencia en distintos retos a los más altos niveles tanto en los sectores público como privado, juez, magistrado y notable –sin duda– su desempeño al frente de Intecap, fiel a la línea trazada por Ricardo Castillo Sinibaldi quien no me extrañaría que pudiera ser una de las grandes figuras del proyecto político propuesto por este binomio, el primero, reitero, que salta a la palestra.
Hacer política en Guatemala –política limpia– no es fácil y menos aún cuando legisladores y autoridades han creado un entorno de estupideces y de necedades que no coadyuva en nada a que la actividad política, la actividad política sana, sea posible.
A su postulación hubo de seguir -–necesariamente– el silencio, expuestos los nominados a que, no ser así, podrían ser excluidos de la contienda por realizar campaña anticipada, estúpido concepto que hemos introducido en nuestra vida electoral: un atentado en contra de la libertad de emisión del pensamiento y del derecho de elegir y ser electos en manos de burócratas la arbitraria determinación de lo que puedan considerar, a su criterio, campaña anticipada, abusiva intromisión de los burócratas en nuestra vida cívica, peligrosa arma que puede llevar a nefastos resultados.
Si se sostiene la norma participarán quienes los burócratas decidan. ¡Así de fácil! Malas leyes conducen necesariamente a igualmente malas o, incluso peores, ejecuciones de las mismas.(Con malas leyes es imposible que puedan los jueces –aunque buenos– hacer justicia). Con estas absurdas normas –las de las reformas vigentes a la Ley Electoral y de Partidos Políticos– se atropella la libertad de emisión del pensamiento –además– al prohibirse la difusión de encuestas desde quince días antes de las votaciones (¿Por qué no treinta?) ¿Ni siquiera como noticia? ¡Por favor! ¿Cuál la propuesta de gobierno de Alejandro Giammatei y de Guillermo Castillo, candidaturas respaldadas, esta vez, por el partido político VAMOS?
Habremos de esperar, al parecer –estupidez de estupideces– a que se convoque a elecciones, e incluso un cacho mas –al menos dos meses más, después de la convocatoria– para que podamos saberlo ya que
–de decírnoslo–podrían ser víctimas de la guadaña de algún burócrata por hacer “campaña anticipada”.
¿Y, así, pensamos salir adelante? ¡Por favor!
Pero, volviendo al tema central de esta columna, nos encontramos ya ante la primera Asamblea celebrada por un partido político que nos proporciona la propuesta de un binomio presidencial para las próximas elecciones, Alejandro Giammatei y Guillermo Castillo –un buen binomio– cuya carta principal de presentación es la trayectoria de sus vidas en los sectores público y privado, en el caso de Giammatei, con un valor adicional, su entereza para hacer triunfar, incluso, sobre su propio cuerpo, su inquebrantable voluntad. Espero que no se les vaya a negar la inscripción –es broma– por esta campaña anticipada, proceso electoral que una cosa parece anticiparnos y es que no habremos de escoger al menos malo ¡Qué necias nuestras quejas! sino al mejor .