Por: Jorge Ernesto Fingado
Que las inversiones son millonarias, sí, pero es mejor que la prolongación de una guerra sucia en la que al final no habrá ganador.
Las escuelas y programas de aprendizaje de artes y oficios, SÍ pueden ayudar a bajar la intensidad de los problemas migratorios que junto a la guerra cibernética que libra el mundo en la actualidad tiene a nuestros niños, jóvenes y adultos en un callejón sin salida más que recurrir a la violencia, sea esta común u organizada, puesto que estas actitudes se han convertido en un negocio altamente rentable para las organizaciones endemoniadas que utilizan la necesidad humana de supervivencia.
Todo el sistema educativo mundial está encaminado a la formación robotizada y, la escasa funcionalidad de escuelas e institutos de capacitación técnica y aprendizaje de un oficio tipo Intecap, tecnológicos y otros son tas escasos que pueden contarse como los dedos de la mano. Que las inversiones son millonarias, sí, pero es mejor que la prolongación de una guerra sucia en la que al final no habrá ganador alguno.
Las maquilas de todo tipo , mercados cantonales, municipales y reforzamiento de los programas de integración socioeducativo para el trabajo, es –según mi experiencia– una efectiva solución a bajar la intencionalidad de migrar internamente como externamente, pues la proliferación de leyes y acuerdos de todo tipo solo alivian la situación y contribuyen al gigantesco crecimiento de grupos de todo tipo que utilizan la explotación de los recursos en lugar de generar bienestar social y económico dentro de un sistema democrático y de libre comercio efectivo y no selectivo.
Espero de todo corazón que esta idea propositiva sea analizada y entendida en su contenido, de lo contrario seguiremos inmersos en que los gobiernos lo hagan todo y nosotros sin rumbo ni organización en promover cambios de actitudes urgentes de beneficio colectivo.