A finales de la semana pasada, el recorrido que viene desde Honduras ha sido estrecho para los miles de migrantes que decidieron emprender camino hacia el norte, sin más equipaje que una mochila y un puñado de esperanza, con la ilusión de llegar a los Estados Unidos y hacer realidad sus sueños.
Las autoridades guatemaltecas han socorrido a los transeúntes, que van de sur a norte, y el solidario pueblo guatemalteco ha salido a su encuentro para darles comida, agua, vestido y techo, como muestra de hermandad centroamericana.
Pero el camino es duro y lleno de vicisitudes. Si bien todo centroamericano puede transitar por Guatemala solamente con su identificación nacional más un permiso temporal, muchos llegaron sin un solo papel que los identificara, con solo el acento hablado como distintivo.
En la caravana van mujeres, hombres, niños y ancianos. Para velar por su seguridad, la Policía Nacional Civil y el Ejército de Guatemala se han dado a la tarea de inspeccionar sus papeles y brindarles seguridad en el camino, para garantizar su libre tránsito.
Ante tal avalancha humana, los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández, y el de Guatemala, Jimmy Morales, se reunieron en esta capital el fin de semana último para acordar las medidas que tomarían para convencer a los migrantes de volver a su país, para que no se expongan a las adversidades de la ruta.
La caravana de hondureños llegó a México y fueron pocos los que pasaron. Algunos quedaron a la espera de la respuesta del Gobierno de México, y otros decidieron volver. Así que ahora se registra un ir y venir de migrantes por los caminos guatemaltecos. Unos van hacia el norte y otros van de vuelta hacia el sur.
De acuerdo con datos de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), hasta ayer a las 7:00 horas se habían movilizado 3,433 hondureños que regresan a su país.
El Gobierno de Guatemala ha puesto transporte y seguridad para los retornados, y además ha instalado puestos de aprovisionamiento de comida y agua en el camino, para que los hermanos catrachos regresen sanos y salvos a su país.