Después de la tormenta llega la calma”. Pero en el caso de los damnificados por la erupción del volcán de Fuego, antes que la calma llegó la ayuda de todos los guatemaltecos que se esforzaron por proveer de comida, agua y abrigo a los hermanos afectados pero, sobre todo, por hacer que sintieran que no estaban solos.
Han transcurrido los meses, y de los albergues han pasado a los ATUs, pues el Gobierno ha puesto especial interés en mejorar las condiciones de vida de los vecinos de la aldeas y poblados que se perdieron entre la arena y la ceniza que descendieron del coloso.
En los terrenos de finca La Industria, Escuintla, se trabaja en la lotificación y urbanización, para así construir las viviendas definitivas para las familias que quedaron sin techo seguro y propio por los avatares de la naturaleza. En este sitio tendrán escuelas, áreas recreativas, campos para practicar deporte y accesos viales.
Los modelos de casa fueron presentados ayer al presidente Jimmy Morales por las autoridades del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), encabezados por el ministro José Luis Benito. El mandatario pidió a los trabajadores que construirán la urbanización “que piensen que es la mejor casa la que construirán, porque allí vivirá una familia guatemalteca”.
La obra habitacional lleva por nombre La Dignidad. Tendrá un costo de más de Q 172 millones, y en noviembre se comenzará con los trabajos de construcción. De acuerdo con la información dada por el CIV, se ha planificado que las primeras 176 viviendas (de un total de mil) estén listas para el mes de febrero de 2019, y el resto para septiembre.
Estas noticias alegran los rostros de las familias que serán beneficiadas, pues estas viviendas son más que un techo seguro y propio son la muestra de solidaridad de toda Guatemala y el mundo; son el trabajo de expertos, profesionales y técnicos de diferentes instituciones de gobierno que han trabajado por ellos. Poco a poco, la vida de quienes fueran habitantes de las faldas del volcán de Fuego va tomando buen camino: los niños y jóvenes han vuelto a sus actividades escolares, los padres y madres han recibido capacitaciones especiales para que puedan optar a trabajos, y el techo definitivo comienza a ser construido.