Por: Werner R. González
Consultor independiente
[email protected]
Algunos países han ido volcándose hacia la democracia política, en condiciones económicas que tornaban improbable su instauración.
Sin embargo, no solo parecen haber sobrevivido a la “crisis de la deuda externa” sino que implantan reformas estructurales, renunciando al populismo e ingresando en una presunta era de eficiencia.
Los actos electorales dan crédito y vigencia a dichos procesos, gobernantes autoritarios ceden el poder en forma voluntaria ante las preferencias de los votantes. Líderes de la región establecen relaciones más amigables con los Estados Unidos y adoptan posiciones condicionadas hacia la comunidad internacional.
El Estado es la representación jurídica de la Nación, o un conjunto de estructuras administrativas, es su máxima representación política. Por eso, una de sus funciones más importantes y menos estudiadas consiste en garantizar que no exista espacio vacío de poder estatal, una zona propiamente política donde se resuelven las disputas y los conflictos entre los partidos que buscan acceder al Estado. A inicios del siglo XXI, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IIEE) de Londres publicaron informes en los cuales se diagnosticaba un bajo nivel de desarrollo político democrático en las naciones latinoamericanas.
Según el informe del BID, el panorama político en América Latina se caracteriza por la existencia de partidos políticos débiles, apatía respecto de la democracia, un sistema judicial débil, bajos niveles de interés político y bloqueo entre los tres poderes del Estado.
Para ser preciso en lo que expongo, le aclaro a los guatemaltecos que por medio de su voto se elige un gobierno, que administrará las inversiones que se dan a través de los impuestos, y para que vele por los intereses de la mayoría de los guatemaltecos.
A través de nuestra constitución de la República de Guatemala se dieron los lineamientos que se deben respetar, y para equilibrio del poder de los guatemaltecos se conformó el poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Desafortunadamente, nuestros partidos políticos son débiles e ineficientes, por lo que es recomendable unirnos todos y respetar nuestros derechos y obligaciones para fortalecer nuestra democracia.