La ayuda para los afectados por la erupción del volcán de Fuego ha sido constante. Las autoridades no han desamparado a las familias que ahora han sido alojadas en Albergues Transitorios Unipersonales (ATUs), donde cuentan con servicios de salud, seguridad y comida, a lo que se suma el llamado
Bono de Reactivación Económica, el cual es un aporte mensual de Q3 mil 500 a cada familia que entrega el Ministerio de Desarrollo Social por medio de un banco del sistema.
También se están impartiendo talleres y cursos especiales de oficios, con el propósito de brindarles herramientas para que puedan emprender negocios propios que les generen fondos para su manutención. En ello participan varias instituciones, como el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap).
Los niños y jóvenes ya se han reincorporado a sus actividades estudiantiles, pues el Ministerio de Educación ha provisto de módulos temporales de enseñanza y del personal docente necesario para que todos los educandos concluyan de manera normal su ciclo de enseñanza-aprendizaje.
En la primera semana de septiembre se llevó a cabo la primera entrega del bono a las familias, que buscan reincorporarse a la vida activa en el menor tiempo posible, y esta semana se realizó la segunda entrega. Para otorgar dicha ayuda, la cartera de Desarrollo ha reservado 35 millones de quetzales.
Las pérdidas de vidas y materiales dejaron afectadas a todas estas familias, a las que se les ha brindado ayuda psicosocial para que superen el trauma, vivan el duelo personal y puedan rehacer su vida con nuevas condiciones, con el apoyo del Gobierno y de entidades privadas que han aportado todo tipo de ayuda.
Por su parte, el Ministerio de Agricultura está iniciando proyectos productivos en los que puedan trabajar los agricultores que perdieron sus cosechas y tierras, a causa de la erupción y lahares que expulsó el volcán, pues la mayoría de ellos se dedicaba a la caficultura.
Mientras la vida transcurre en los ATUs, el Gobierno trabaja en la urbanización y construcción de nuevas viviendas permanentes que darán cobijo y nueva vida a mujeres, hombres, niños y ancianos sobrevientes de la acción natural del coloso de Fuego.
