Beneficiarios del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) aseguraron estar “felices”, después de que un juez federal suspendiera la orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de poner fin a este amparo, pero insistieron en que seguirán luchando por una solución permanente.
A última hora del pasado miércoles, un juez federal bloqueó la suspensión ordenada por el Gobierno de Trump de los TPS para El Salvador, Haití, Nicaragua y Sudán.
La decisión entró en vigor “de inmediato”, ya que la terminación de los programas, prevista para los próximos meses, supondría, según el magistrado Edward Chen, con Tribunal en San Francisco (California), un “daño irreparable” para los inmigrantes y sus familias, que debían abandonar el país.
El TPS es un programa migratorio creado en 1990, con el que EE. UU. concede permisos de forma extraordinaria a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales. Washington, EFE