Con la popularidad de los cómics de superhéroes, era inevitable que fueran llevados al cine y a la televisión. Pero por décadas, los trajes en estas adaptaciones fueron lamentables.
Afortunadamente, ahora los supertrajes ya se ven mucho mejor. Los diseñadores de vestuario están aprendiendo nuevos trucos y utilizando tecnologías superiores. Pero también ha habido un cambio de actitud, analizando cuidadosamente el material de origen e incorporando ese conocimiento en la práctica del diseño de trajes con materiales reales sobre cuerpos reales.
Los dibujantes de cómics tienen la ventaja de no tener que pensar en 360 grados, pues su trabajo solo tiene que verse bien en la página. En la vida real, los cuerpos no se ven bien enfundados en spandex y las líneas de costura son un problema. Históricamente, los cómics impresos presentaban unos pocos colores y no tenían mucho potencial (o necesidad) de mostrar texturas.
Por décadas, muchos disfraces de película resultaron voluminosos e incómodos. El Batman de Tim Burton, por ejemplo, era tan tieso que casi no podía girar la cabeza o lanzar puñetazos. Otros atuendos parecieron mínimos cuando se cubrieron con actores reales, dejando a personajes clásicos como Superman luciendo excesivamente expuestos en calzoncillos rojos brillantes.
Los vestuaristas comenzaron en los últimos años una investigación cuidadosa y un desarrollo de diseño con repeticiones y variantes. Uno de sus trucos es mirar más de cerca el material de origen y la inspiración detrás de las versiones originales de cómics.
Para Man of Steel (2013), los diseñadores usaron referencias como las botas de un maestro de ceremonias y la capa de Zorro. Luego trabajaron esas influencias en la película mientras añadían materiales y texturas que se vieran bien en la pantalla.
Para Tobey McGuire como Spiderman (2002), el movimiento fue clave. Los diseñadores elaboraron docenas de trajes para diferentes escenas en el filme.
Algunos de los mejores diseños de disfraces de superhéroes contemporáneos son integrales en el arco de la historia. En la serie de televisión Daredevil (2015), la evolución del traje es parte del personaje que se descubre a sí mismo.
Cada versión de un superhéroe refleja necesariamente las normas culturales y de moda de los tiempos. Sin embargo, ahora más que nunca los diseñadores de vestuario trabajan para relacionar los trajes de cómics históricos con adaptaciones cinematográficas, vinculando sus orígenes e inspiración a los atuendos nuevos. Cuando funciona, el resultado tiene sentido con la historia y se ve bien en el presente, pero también tiene la oportunidad de resistir el paso del tiempo.