Tengo recuerdos en mi época como bachiller en ciencias y letras. Era el año 2003, y estaba en debate en la agenda legislativa la aprobación del Código de Menores, iniciativa 27-2003.
Me acuerdo que los padres y movimientos religiosos eran los principales detractores, por una cuestión de autoridad y derechos y, tal vez, otros temas que ahora no incluí.
Sin embargo, ahora en el marco del Día del Niño, vuelvo a leer la iniciativa comparada con otros estudios realizados por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en donde vuelvo a entender el porqué de la necesidad de impulsar un código de tutela de los derechos del niño en Guatemala.
La complejidad sobre la atención integral de la niñez hace que se vulneren sus derechos o, bien, que estos sean no satisfechos en su totalidad. Unicef, en un estudio, mencionó que respecto de la niñez, el 68.2 % de los menores de 18 años habitaban en hogares pobres.
Al desagregar esta información por rangos de edad, se obtiene que el 70.2 % de los niños menores de 10 años se encontraba en pobreza, mientras que para las niñas, niños y adolescentes entre 10 y 17 años, la pobreza era de 65.9 %.
Según la etnicidad, se encontró que el 84.9 % de la niñez y adolescencia indígena vivía en pobreza, y el 45.4 % en extrema pobreza. Junto con la Política Pública y el Plan de Acción Nacional a favor de la Niñez y la Adolescencia 2004-2014, el Estado guatemalteco ha desarrollado mecanismos institucionales para que niños, niñas y adolescentes puedan ejercer sus derechos como ciudadanos.
Esto significa que se han abierto espacios de participación de la niñez y la adolescencia, especialmente a nivel local, en los Cocodes y Comudes.Además, se han desarrollado políticas públicas municipales de niñez y adolescencia, y se han implementado oficinas municipales de juventud y comisiones municipales de niños, niñas y adolescentes, para que puedan pronunciarse e influir en las cuestiones relacionadas con su propio desarrollo.
Este enfoque tiene un carácter de protección y tutela, ya que, más allá del núcleo familiar, el desarrollo del niño es a nivel de comunidad , y todos somos de alguna manera responsables para que pueda tener todos los elementos necesarios para convertirse en un adulto.
La intervención temprana en la niñez es la mejor inversión a futuro de nuestro país, y debemos convencernos de que es el camino correcto de la historia, y debemos ser partícipes de ese futuro, como ciudadanos comprometidos.
¡Feliz día del Niño! que ese día nos haga recordar lo afortunado que muchos fuimos, al tener una niñez hermosa, y que sea un compromiso de vida apoyar a otros a tener lo mismo.