Por: Werner R. González
wernergonzalez1
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Consultor independiente
“Comunicar la multidimensionalidad de la pobreza, un compromiso de país”. En la lógica de articular contenidos, la entrega anterior abordó las capacidades y usos del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), indicando los tres usos más frecuentes: 1. Focaliza geográfica y demográficamente zonas de atención prioritarias, identificando diferencias de pobreza multidimensional en grupos poblacionales, como entre regiones. 2. Fortalece políticas públicas y 3. Facilita la comunicación y orientación en los grupos meta. Indudablemente, este hecho permitirá rediseñar políticas de compensación social y focalizar sectorialmente los recursos destinados al gasto social. Pero el IPM va más allá, puede identificar combinaciones de pobreza intraregionalmente. Países que buscan mejorar la asignación de los recursos del Estado destinados al servicio social, están agenciándose de la metodología Alkire-Foster, factor cardinal para medir la pobreza multidimensional y el bienestar mediante el IPM, sirviendo de complemento al tradicional y unidimensional método de medición llamado: Índice de Pobreza por Ingreso.
El IPM, además, es un método flexible que facilita la comunicación y orientación de los programas hacia los grupos meta. A cada grupo conforme a las privaciones (Ej.: salud, educación, bienestar socioeconómico y ambiental) que determinan su pobreza, evitando llevar mensajes estándares delante de realidades y necesidades distintas.